El IV Congreso de la American Federation of Labor en 1884 propuso una huelga general si los patronos no respetaban la jornada laboral de 8 horas a partir de mayo de 1886; aunque el presidente Andrew Johnson promulgó una ley estableciendo las 8 horas, no se cumplió y hubo más de 5000 huelgas ese mayo, incluyendo un incidente en Chicago donde una bomba durante una manifestación a favor de los trabajadores mató a varios policías.