Los profesores con más experiencia se resisten a usar nuevas tecnologías en el aula debido al temor a ser desplazados y verse como ignorantes frente a los estudiantes, lo que podría hacerlos perder autoridad y poder en el aula. También les preocupa sentirse desorientados pedagógicamente al no estar seguros de cómo integrar las nuevas tecnologías en su enseñanza.