El diario de campo describe una clase en la que los estudiantes aprenden jugando. La clase comenzó con un saludo y oración, seguido de una breve motivación sobre la importancia del juego en el aprendizaje. Luego, los estudiantes participaron en varias actividades lúdicas como rondas, canciones y juegos de mesa, para practicar conceptos académicos de manera divertida. Al final, cada estudiante fue evaluado en función de su desempeño en los diferentes juegos y actividades.