3.
El bombillo, no cabe duda, fue una "brillante" idea. Pero como casi
todos los inventos del hombre, surgió como una mezcla de
casualidad, suerte, curiosidad y mucha inventiva.
El padre de esta lámpara incandescente fue el inventor
norteamericano Thomas Alva Edison. En nuestro número pasado,
ya reseñamos brevemente la biografía de este científico.
Repasando un poco, recordamos que Edison fue el primer inventor
"en serie".
Él patentó más de mil invenciones y edificó la primera fábrica de
inventos. Se trataba de un edificio creado especialmente para
"inventar inventos" y ponerlos a funcionar. De todos los que
realizó, Edison estaba particularmente orgulloso del fonógrafo o
"máquina de voz".
Sin embargo, otra de sus máximas creaciones, no nació en esta
"fábrica de inventos". Según se relata en varios libros (como The
Wyoming Lynching of Catlle Kate, escrito por George Hufsmith)
parece que Edison llegó a la luz del bombillo pescando... Sí señor,
sentado a la orilla de un río con una caña de pescar.
4. Todo comenzó en julio de 1878, cuando Edison fue incluido
en el grupo de personalidades que viajó a la población de
Wyoming, Estados Unidos, para ver un eclipse solar.
Finalizado el evento astronómico, el inquieto científico se
fue de pesca a un hermoso remanso llamado Lago Battle, en
las montañas de la Sierra Madre.
Según esta historia, a Edison se le rompió el bambú de
pesca. Sin embargo, lo guardó y horas más tarde aún lo tenía
en el campamento. Allí lo puso a arder en la fogata y notó
que la fibra del bambú demoraba muchísimo tiempo
encendida, sin consumirse.
Este evento supuestamente inspiró a Edison a buscar la
manera de hacer que un filamento "ardiera" o se
"encendiera" por mucho tiempo sin apagarse. Esto de
encontrar la fórmula de "una luz que nunca se apague", dio
paso entonces a los experimentos a través de los cuales, el
incansable inventor y su equipo de colaboradores llegaron
hasta el bombillo que hoy conocemos... ¡Y todo gracias a un
mal día de pesca!
5. Como moraleja, esta anécdota de Edison sirve para
confirmar que incluso los "malos momentos" de la vida,
esos en donde las cosas no salen como uno quisiera,
pueden servir para generar "ideas brillantes". Si aplicas
esta manera de pensar, seguramente a ti también un
día se te "prenderá el bombillo".
En realidad los bombillos no se "prenden", se
encienden. Sin embargo es muy usual decir "préndelo".
¿Sabes por qué? Se debe a una interpretación al pie de
la letra del idioma castellano. Cuando los bombillos de
Edison nacieron, hace ya muchos años, se usaban
siempre colgados del techo (o sea asidos, agarrados,
aferrados al techo) Es decir, estaban prendidos del
techo. De allí, devino el término de "prendido" para
identificar al bombillo cuando está "encendido".
Ahora, ya sabes que el bombillo puede estar "prendido"
o colgado de alguna parte aunque esté encendido o
apagado. Dicho de otra manera: prendido es, en
Latinoamérica, sinónimo de colgado y originalmente
nada tenía que ver con encendido y menos aún con
apagado.
6.
7.
8. 1.Envoltura - ampolla de vidrio - bulbo.
2.Gas inerte.
3.Filamento de wolframio.
4.Hilo de contacto (va al pie).
5.Hilo de contacto (va a la base).
6.Alambre(s) de sujeción y disipación de calor del
filamento.
7.Conducto de refrigeración y soporte interno del
filamento.
8.Base de contacto.
9.Casquillo metálico.
10.Aislamiento eléctrico.
11.Pie de contacto eléctrico.
9. La lámpara incandescente es la de más
bajo rendimiento luminoso de las lámparas
utilizadas: de 12 a 18 lm/W (lúmenes por vatio de
potencia) y la que menor vida útil o durabilidad
tiene: unas 1000 horas, pero es la más difundida,
por su bajo precio y el color cálido de su luz.
Si bien hubieron patentes en Estados Unidos de
bombillas de luz de hasta 200.000 horas nunca se
fabricaron por ser económicamente inviables.
Volviendo a la historia en 1924 un cártel que
agrupaba a los principales fabricantes de Europa y
Estados Unidos pactó limitar la vida útil de las
bombillas eléctricas a 1000 horas. Este cártel se
llamó Phoebus y oficialmente nunca existió.[1]
10. No ofrece muy buena reproducción de los
colores, ya que no emite en la zona del
espectro de colores fríos, pero al tener un
espectro de emisiones continuo logra
contener todas las longitudes de onda en la
parte que emite del espectro. Su eficiencia es
muy baja, ya que sólo convierte en luz visible
alrededor del 15% de la energía consumida.
Otro 25% se transforma en energía
calorífica y el 60% restante en radiación no
perceptible, luz ultravioleta y luz infrarroja,
que acaban convirtiéndose en calor.
Sin embargo, en el parque de bomberos
de Livermore (California) hay una bombilla
que lleva encendida desde 1901, 4 lo que
supone, en 2012, 972.000 horas.