1. Qué es el Bombillo?
Qué es?
Llegar hasta este invento le tomó muchos años a varios científicos. Antes del bombillo la gente
debía conformarse con iluminar las noches con humeantes y hediondos mecheros, velas, faroles y
otra gran cantidad de variantes, que nunca iluminaban lo suficiente o se
apagaban en muy poco tiempo.
Le correspondió a Thomas Alva Edison inventar el bombillo. Pero no fue nada
sencillo. Después de dos años de intentar esta luz limpia, duradera y de bajo
costo; finalmente Edison y su equipo lo consiguieron. Entretanto, este científico
mandó a buscar en las junglas amazónicas, en Japón y en otros sitios lejanos, el
apropiado "filamento" que pudiera durar mucho tiempo encendido sin quemarse.
Edison intentó con más de seis mil vegetales distintos, gastó más de cuarenta mil
dólares y efectuó mil doscientos experimentos¡ Pero vaya que valió la pena! Finalmente, Edison
tuvo éxito, y uno de sus bombillos se mantuvo encendido dos días seguidos.
Este "primer bombillo" utilizaba una ramita de algodón quemada, de la misma forma que se quema
el algodón luego de cada cosecha. En poco tiempo se sustituyó la ramita de algodón
por filamentos metálicos y, poco a poco, a medida que la electricidad llegaba a las
ciudades, llegaba también esta luz mágica, brillante y maravillosa.
En la actualidad, no sólo se usan filamentos metálicos para encender los bombillos,
sino que también se emplean gases para las luces de neón. En cuanto a las clases de
bombillos que hay, hoy en día existen miles de tipos diferentes.
BULBLIGHT Aunque el invento de la lámpara incandescente se le atribuye a Thomas Edison, tan
solo fue el primero en patentar, el 27 de enero de 1880, con el número 285.898, una bombilla
incandescente de filamento de carbono,[2] viable fuera de los laboratorios, es decir, comercialmente
viable.[3] [4]
Otros inventores anteriores a Edison también habían desarrollado modelos que funcionaban en
laboratorio, incluyendo a Henry Woodward, Mathew Evans, James Bowman Lindsay, William
Sawyer y Warren de la Rue.
El alemán Heinrich Goebel ya había registrado su propia bombilla incandescente en 1855, mucho
antes por tanto que Thomas Edison. Tiempo después, pero siempre antes que a Edison, el 11 de julio
de 1874 se le concedió al ingeniero ruso Alexander Lodygin la patente nº 1619 para una bombilla
incandescente. El inventor ruso utilizó un filamento de carbono.
La bombilla es uno de los inventos más utilizados por el hombre desde su creación hasta la fecha.
Según una lista de la revista Life es la segunda invención más útil del siglo XIX.[cita requerida] La
comercialización de la bombilla por parte de la compañía de Edison estuvo plagada de disputas por
las patentes con sus competidores.[2]
En 2009, una Directiva de la Unión Europea estableció un plazo para que en los estados miembros
dejaran de fabricar y comercializar lámparas incandescentes. El 1 de septiembre de 2009 se
prohibió la fabricación y distribución de lámparas de potencia igual o superior a 100 W y el 1 de
septiembre de 2010 las lámparas de 75 W. Un año después, el 1 de septiembre de 2011, las lámparas
de 60 W y, por último, el 1 de septiembre de 2012 se retiraron las lámparas de 40 y 25 W.[5] Las
lámparas incandescentes están siendo sustituidas por opciones más eficientes, como las lámparas
fluorescentes compactas y las basadas en tecnología LED.