El poema dice que aunque la persona haya muerto, su espíritu continúa vivo en la naturaleza. El espíritu es el viento, la luz en la nieve, el sol en el grano y la lluvia del otoño. También es el canto de las aves y las estrellas en el cielo nocturno. Por lo tanto, no deben llorar en su tumba, ya que su espíritu no murió realmente.