El dragón rosado llamado Alejandrino vivía en una isla lejana y estaba cansado de que la gente le tuviera miedo. Para que la gente perdiera el miedo, compartió sus deliciosas almendras. Esto hizo que la isla se convirtiera en una de las más pobladas del mundo. Un día, Alejandrino ayudó a un niño llamado Rodrigo a superar su miedo a los dragones ofreciéndole una almendra. Rodrigo y Alejandrino se hicieron amigos y desde entonces jugaban ajedrez