María, la madre de Jesús, se da cuenta de que en la boda falta el vino y se lo comenta a Jesús. A pesar de que Jesús dice que todavía no ha llegado su hora, María le pide a los sirvientes que hagan lo que Jesús les diga. Jesús transforma el agua en excepcional vino, mostrando su gloria y fortaleciendo la fe de sus discípulos. Este primer milagro de Jesús en Caná anticipa la abundancia del Reino de Dios.