El documento habla sobre las drogas virtuales conocidas como sonidos biaurales, que pueden producir cambios de conducta cuando son escuchados a través de medios digitales en diferentes frecuencias. Estos sonidos no ocurren naturalmente y algunos diseñadores les agregan cualidades para imitar efectos de estimulantes. Aunque los sonidos biaurales no son drogas en sí mismos, su uso excesivo podría aislar a los jóvenes y hacerlos más susceptibles a estados alterados de conciencia.