1. EL ABUELITO
Una niñita vivía sola con su abuelito, ambos eran muy unidos y se querían mucho.
La niñita pertenecía al coro de la escuela, en verdad no tenía voz y algunas veces
desafinaba, pero era muy responsable además de una de las primeras en estar en
los ensayos, el abuelito siempre la acompañaba.
Así pasaba el tiempo y la niñita ahora convertida en toda una jovencita insistía en
seguir participando en el coro a pesar de no haber mejorado su voz, en sus
compañeros había nacido un gran cariño al igual que el director, el abuelito seguía
acompañándola a todos los ensayos era su más fiel admirador sus amigos le
decían “la gallito” por sus constantes desafinadas.
Así la jovencita entraba a la universidad, luego de ser rechazada varias veces del
grupo coral ya que el grado de exigencia era mucho mayor, pero gracias a que
entregaba su corazón y su alma en cada uno de los ensayos previos a la
eliminación de algunos jóvenes el director logro aceptarla.
Muy feliz le comunicó al abuelito, quién lloró de felicidad que a su chiquitita la
hubieran aceptado.
Era fin de año y el coro debía participar de la graduación, minutos antes de su
presentación una amiga le comunicaba que su querido abuelito había fallecido.
El director la abrazo y le dijo que no asistiera a la presentación.
Ella movió su carita y entre sollozo le respondió que como un homenaje a su
abuelito cantaría esa noche, incluso le dijo al director que la pusiera de primera
voz.
El director quiso hacerse el desentendido no podía arriesgar la presentación con
aquella jovencita que algunas veces desafinaba pero ella le rogó tanto que el
director aceptó.
Terminó la presentación y la actuación en general fue maravillosa el público de pie
aplaudía a la jovencita.
Hija estuviste esplendida, a pesar del tiempo nunca te había escuchado cantar tan
lindo.
La jovencita casi murmurando le dijo al director.
Es que hoy mi abuelito a muerto ahora si me podrá escuchar ya que el fue
siempre sordo.