El águila debe renovarse a los 40 años para poder continuar viviendo. Tiene que desprenderse de sus uñas y plumas viejas y dejar que crezcan unas nuevas, un proceso que dura 150 días aislada en lo alto de una montaña. Después puede volver a volar y vivir 30 años más. Del mismo modo, a veces las personas deben resguardarse para desprenderse del pasado doloroso y renovarse, lo que les permitirá aprovechar mejor el futuro.