El alcoholismo es una enfermedad crónica que daña el organismo y las relaciones sociales y familiares, y puede causar violencia, conductas antisociales, desavenencias familiares, accidentes e incluso homicidios. El consumo excesivo de alcohol provoca síntomas de abstinencia como temblores, nerviosismo, irritabilidad y convulsiones cuando se deja de beber. Aunque muchos consumen alcohol para relajarse o divertirse, en realidad es una droga depresora que genera depresión, culpa y rechazo social cuando se consume