1. El amor de madre
El amor de madre es distinto a los otros amores: No conoce la traición y
jamás lastima intencionalmente.
El amor de madre es universal e inalterable. Puede que haya alguna
diferencia en la forma, pero la esencia se mantiene.
El amor de madre posee la facultad de multiplicarse sin perder fuerza. No
baja con el número de hijos, sube, crece, se desparrama y se riega en cada
uno de los vástagos.
El amor de madre no se agota. Puede que se canse de lidiar con la
prepotencia infantil, pero el efecto no decae. El sentimiento parece
interminable.
El amor de madre no mide consecuencias. Es incondicional por definición y
no espera retribuciones. Darían la vida sin pestañear, y prefieren el dolor
propio al de los hijos.
El verdadero amor de madre nunca deserta; por el contrario, el hijo
problema, el necesitado, el preocupado, el enfermo, es al que más se
atiende.
El amor de madre está diseñado para que la vida perdure. Somos la especie
que más cuidados necesita para sobrevivir y que más demora en volverse
autosuficiente.
Sin duda es la réplica más grande del Amor de Dios que vivimos segundo a
segundo de nuestra vida. Y muchas veces no lo reconocemos.
Que el Dios de la vida bendiga y renueve tu vocación y entrega.
Felicitaciones en tan grandioso día.
2. Sólo el amor de una Madre apoyará,
cuando todo el mundo deja de hacerlo.
Sólo el amor de una Madre confiará,
cuando nadie otro cree.
Sólo el amor de una Madre perdonará,
cuando ninguno otro entenderá.
Sólo el amor de una Madre honrará,
no importa en qué pruebas haz estado.
Sólo el amor de una Madre resistirá,
por cualquier tiempo de prueba.
No hay ningún otro amor terrenal,
más grande que el de una Madre.