Este documento discute la responsabilidad de los ancianos de iglesia en promover la mayordomía. Señala que los ancianos deben 1) velar por la salud financiera de la iglesia, 2) usar la instrucción para enseñar sobre la importancia de los diezmos y ofrendas, y 3) visitar a los miembros en sus casas para animarlos a ser fieles en sus compromisos financieros con Dios y Su obra.