El barquito pequeñito de colores rosa, azul y blanco navegaba por el mar hasta que una tormenta lo sorprendió; apareció un pez mágico multicolor que alejó la tormenta y el barco continuó su viaje hasta llegar al País de Nunca Jamás, donde los pasajeros se divirtieron jugando y abrazándose hasta que el mago Pastelote les regaló dulces y volvieron a casa en el barco a la velocidad de un cohete.