La televisión y el surgimiento de Estados Unidos como única superpotencia mundial llevaron al cine a cambiar de rumbo. El cine comercial tuvo que buscar más espectáculo para atraer al público, adoptando géneros de acción. El control estadounidense sobre la distribución y los altos costos de producción han acabado con muchas cinematografías nacionales, aunque subsisten cineastas y películas fuera de Hollywood.