El documento resume la relación entre el hombre y el trabajo desde una perspectiva bíblica y teológica. Según el Génesis, Dios creó al hombre y le dio la tarea de trabajar y dominar la tierra, por lo que el trabajo es una bendición primordial. Sin embargo, el documento también reconoce que el trabajo humano a veces se desvía de su propósito original y puede llevar a la explotación, destrucción del medio ambiente, alienación y otros problemas cuando se pierde de vista su dimensión social y espiritual.