El documento habla sobre el Ñuberu, el ser mitológico asturiano que controla las nubes, la lluvia y los rayos. Se describe que el Ñuberu puede provocar lluvia para los campos amigos o granizo para los enemigos, y que a pesar de su poder destructivo se le puede conjurar para evitar que descargue en casas y cultivos. También se menciona que el Ñuberu tiene orígenes en deidades griegas y romanas como Zeus, Júpiter y Taranis, y que adoptaba forma humana mendigando