1. 1
1
1
1 El avión de Andrea
Los tomates de Lalo
El puesto de limonada
Lecturas niveladas
Número de palabras: 363
1505262
El puesto
de limonadapor Molly Kuhl • ilustrado por Ilene Richard
ISBN-13:978-0-547-03545-1
ISBN-10:0-547-03545-4
3. 2
Era un día caluroso de verano.
Mari y su hermano Lalo jugaban
juntos al fútbol. Mari pateó la
pelota ¡y vio como esta iba a
parar en la copa de un árbol!
—Está demasiado alta para
alcanzarla —dijo Lalo—. Tenemos
que comprar una nueva pelota.
4. 3
Ellos fueron a casa y contaron
su dinero.
—¡Con esto no podemos comprar
ni una pelota de tenis!
—comentó Lalo.
—¡Sé cómo ganar dinero! —dijo
Mari—. ¡Un puesto de limonada!
—Podemos montarlo en el
parque —gritó Lalo.
5. 4
—Buena idea —dijo Mari—.
Con tanto calor, los niños
sedientos vendrán a comprar
nuestras bebidas frías.
—Está bien, ¿qué esperamos?
—respondió Lalo.
Limonada
6. 5
Mari y Lalo tomaron dinero de
sus alcancías y fueron a la tienda
con su papá.
Ellos compraron azúcar y un
montón de limones. También
compraron hielo. Entonces,
corrieron a su casa antes de que
el hielo se derritiera.
7. 6
Primero, Mari y Lalo hicieron
un cartel para su puesto de
limonada. Después, comenzaron a
hacer la limonada. Su papá cortó
los limones a la mitad y Mari
los exprimió una y otra vez para
sacarles hasta la última gota de
jugo. Los niños mezclaron todos
los ingredientes en una jarra.
8. 7
Ellos caminaron a lo largo de un
camino hasta el lugar de juegos
del parque y montaron su puesto.
Al poco tiempo, un niño vino a
comprar limonada. El niño puso
una cara chistosa.
—¡Puaj! ¡Esta limonada está
amarga! —exclamó el niño.
25¢
Limonadafría
9. 8
Mari y Lalo le devolvieron el
dinero al niño. Después fueron a
su casa a arreglar la limonada.
Ellos le añadieron azúcar. Pero
entonces quedó demasiado dulce.
Le agregaron más limón. Pero
no había nada que hiciera que la
limonada supiera bien.
10. 9
—¡Yo sé algo que podemos hacer!
—gritó Mari—. Cuando abuela
hace su pastel especial de limón,
le agrega pedazos de cáscara de
limón. Hagamos eso con nuestra
limonada.
—¡Deliciosa! Podría tomar esto
todo el día —dijo Lalo.
11. 10
A todo el mundo le pareció
lo mismo. Lalo y Mari vendían
su limonada tan rápido como la
hacían. En menos de una semana
tenían suficiente dinero para
comprar una nueva pelota de
fútbol. En realidad, ¡compraron
dos! Después de todo, Mari
pateaba muy fuerte.
12. 1
1
1
1 El avión de Andrea
Los tomates de Lalo
El puesto de limonada
Lecturas niveladas
Número de palabras: 363
1505262
El puesto
de limonadapor Molly Kuhl • ilustrado por Ilene Richard
ISBN-13:978-0-547-03545-1
ISBN-10:0-547-03545-4