Un hombre creyente buscaba una señal divina sobre cómo vivir. Un día, vio a un puma cuidar a un cervatillo herido en lugar de comérselo. El hombre interpretó esto como una señal de que Dios proveería sus necesidades, pero cuando esperó a que otros lo alimentaran, nadie lo hizo. Un sabio le explicó que la señal era para que él ayudara a otros en lugar de esperar ser ayudado.