El documento contrasta las diferentes formas en que las personas experimentan el paso del tiempo. Mientras que el tiempo objetivo pasa de forma constante, las emociones y recuerdos de las personas pueden durar para siempre o pasar en un instante, dependiendo de la experiencia. El autor concluye que es importante vivir el presente y seguir los dictados del "reloj del corazón", que marca el tiempo de una manera más significativa basada en las emociones.