El respeto implica valorar a los demás, respetar su autoridad y dignidad. El respeto requiere un trato amable y cortés, y crea un ambiente de seguridad. El respeto reconoce la autonomía de cada persona y acepta las diferencias. El respeto a las personas conlleva aceptarlas tal como son, sin considerarse superior. Todos merecemos respeto en cómo somos y actuamos, lo que requiere respetar igualmente a los demás.