El templo budista Wat Pha Luang en Tailandia se convirtió en un santuario para tigres huérfanos después de que los monjes encontraran y cuidaran dos tigres bebés heridos cuyos padres habían sido cazados. Desde entonces, muchos otros tigres huérfanos han sido llevados al templo, donde son cuidados y entrenados por los monjes para evitar que desarrollen el gusto por la sangre. El templo es ahora conocido como el "Templo de los Tigres" y es un destino turístico