El documento argumenta que la crisis en Argentina va más allá de lo económico y político, y que el país se ha convertido en uno mediocre. Se ha creado una cultura donde los mediocres son más populares y exitosos, y la mediocridad se ha aceptado como la norma. El autor enumera varios ejemplos de cómo Argentina es un país mediocre y cómo la excelencia se ha marginado en favor de la mediocridad.