Nerino fue nombrado jefe de la tribu y se esperaba que luchara contra la bestia del ojo de fuego como era la costumbre, pero en lugar de eso cambió el asentamiento de la tribu cuando la bestia atacaba y esperó pacientemente años hasta que una fuerte nevada debilitó a la bestia, momento que aprovechó para encadenarla sin luchar. Al volver, explicó que había estado esperando el momento adecuado para vencer a la bestia con inteligencia en lugar de fuerza, ganándose el respeto de la tribu.