Un maestro samurai y su discípulo visitan una familia pobre que sobrevive gracias a la leche de su vaquita. Más tarde, el maestro le dice a su discípulo que empuje la vaquita por un precipicio. Años después, el discípulo regresa arrepentido y encuentra a la familia viviendo con prosperidad, quienes explican que después de que su vaquita cayera en el precipicio se vieron obligados a desarrollar nuevas habilidades y trabajar más duro, llevándolos al éxito
Un maestro de la sabiduría paseaba por el bosque con su fiel discípulo cuando vio a lo lejos un sitio de apariencia muy pobre y decidió hacer una breve visita al lugar. Durante la caminata le comenta al aprendiz sobre la importancia de las visitas, de conocer personas y las oportunidades de aprendizaje que tenemos de estas experiencias.
Un maestro de la sabiduría paseaba por el bosque con su fiel discípulo cuando vio a lo lejos un sitio de apariencia muy pobre y decidió hacer una breve visita al lugar. Durante la caminata le comenta al aprendiz sobre la importancia de las visitas, de conocer personas y las oportunidades de aprendizaje que tenemos de estas experiencias.
1. ! Empuja la vaquita ¡ Un maestro samurai paseaba por un bosque con su fiel discípulo, cuando vio a lo lejos, una humilde casita, llegando al lugar constató la pobreza de la familia, casita de madera, vestidos con ropas sucias y rasgadas,sin calzado. Preguntó al papá: En este lugar no existen posibilidades de trabajo, ni puntos de comercio ¿cómo hacen para sobrevivir aquí?. El señor calmadamente contestó: “
2. Amigo, nosotros tenemos una vaquita, que nos da varios litros de leche todos los días. Una parte la vendemos o cambiamos por otros alimentos, y con la otra parte producimos quesos para nuestro consumo, y ahí vamos sobreviviendo. El sabio agradeció las atenciones recibidas, se despidió y se fue. En medio del camino le dijo a su discípulo.” Busque la vaquita, llévela al precipicio y empújela al barranco”.
3. Aquella experiencia quedó grabada en la memoria del joven, y después de algunos años agobiado por la culpa, decidió regresar a aquel lugar, y contarle todo a la familia, pedirles perdón y ayudarlos. Así lo hizo, y a medida que se aproximaba al lugar veía todo muy bonito, con árboles floridos, ganadería, carro en el garaje de una casa muy hermosa. Fue recibido por un señor muy amable. El joven preguntó por la familia que habitaba allí hace unos cinco años. ¡Somos nosotros mismos!
4. Elogió el lugar, y le preguntó al Señor, dueño de la vaquita: ¿Cómo hizo para cambiar este lugar y cambiar de vida? El señor entusiasmado le contestó :
5. “ Nosotros teníamos una vaquita, que cayó por el precipicio y murió, de ahí en adelante nos vimos en la necesidad de hacer otras cosas y desarrollar otras habilidades que no sabíamos que teníamos, nos lanzamos a la acción sin miedo ni pereza, hicimos más de lo que debíamos con dedicación y constancia, y Ud. ve los resultados . ¡Mientras más trabajo, más suerte tengo!