Este documento establece seis criterios fundamentales para el reconocimiento de operaciones en los estados financieros: 1) provenir de transacciones o eventos pasados, 2) satisfacer la definición de un elemento financiero, 3) ser cuantificable monetariamente, 4) estar acorde con su sustancia económica, 5) ser probable que ocurra una obtención o sacrificio de beneficios económicos, y 6) contribuir a la toma de decisiones económicas. Una operación sólo debe reconocerse cuando cumpla todos estos criterios