El documento contrasta las cosas fáciles y difíciles en la vida, notando que aunque es fácil juzgar a otros, herirlos o exhibir la victoria, es más difícil reconocer los propios errores, curar las heridas de otros, pedir perdón y asumir la derrota con dignidad. También es fácil soñar y orar, pero más difícil luchar por los sueños y encontrar a Dios en las pequeñas cosas diarias.