A girl was continuously washing her hand because she thought there was a blood stain on her hand but the actual reason was she had killed someone and that fear lead her to do so. https://www.medbox.mobi / http://blog.medbox.mobi
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John 13:34-35. Love One Another. I. WHAT JESUS TAUGHT ABOUT “LOVING ONE ANOTHER” II. WHAT PETER TAUGHT ABOUT “LOVING ONE ANOTHER” III. WHAT PAUL TAUGHT ABOUT “LOVING ONE ANOTHER” IV. WHAT JOHN TAUGHT ON “LOVING ONE ANOTHER”
1. To love one another is a commandment – it is not optional!!!
2. Loving one another is of great importance to God and should be to us.
3. To love one another may take some work on our part.
4. If I am truly concerned about my eternal destiny, I will honor my Lord’s request.
5. We are motivated to love one another because of the great love that has been and is bestowed on us.
Economía Ambiental - Boletín de Ambiente y Seguridad Industrial. Abril 2011CámaraCIP
La Economía Ambiental está enfocada a la valoración monetaria de los problemas ambientales. De esta forma, una vez estimado el valor monetario de la contaminación ambiental, se buscan los mecanismos más eficientes para compensar estos daños.
El protocolo de Kyoto y el comercio de créditos de emisión son un primer paso para la creación de un mercado del ambiente
Para más información, visite nuestro sitio o contáctese con nosotros:
Twitter: @camaracip
Facebook: https://www.facebook.com/camaradeindustriasyproduccion
www.cip.org.ec
El trabajo filosófico y científico que hemos desarrollado desde la colección: Principios de Sabiduría Universal, inició con un cuestionamiento fundamental: ¿Quién soy?, ¿de dónde vengo? y ¿hacia dónde voy? Y es la posible respuesta a tales interrogantes quien nos proporciona el motivo para llevar a cabo una revisión de 144 temas a lo largo de cuatro tomos. Los humanos, como personalidad, hemos vivido entrampados en un estado de ilusión, preocupados por alcanzar una felicidad que solo es efímera, pero nos empeñamos en visualizarla como permanente, e irremediablemente caemos en círculos de felicidadsufrimiento. Sin embargo, hoy escuchamos la cita de Hermes Trismegisto y cabalmente comprendemos su mensaje:
Los humanos, en tanto que no conocen para qué propósito han sido hechos, son mantenidos bajo la constricción de la ira y la incontinencia; admiran cosas que no son dignas de ser contempladas; atienden tan sólo a sus placeres y deseos corporales y creen que el hombre ha sido hecho para cosas como éstas. Hermes Trismegisto, Corpus Herméticum
Todo el quehacer del hombre natural —pensamientos, emociones y movimientos— es regulado por tres centros que trabajan simultáneamente: centro mental, centro emocional y centro instintivo-motor. En algunas corrientes se les conoce también como las tres mentes porque, en su función reguladora, operan almacenando y ordenando información. En su estado original, cada centro es responsable por sí mismo de su propia función; sin embargo, ante del desorden que prevalece en el humano actual, lo común es que cualquier centro usurpe la función de otro, lo que genera desajuste psicológico en muchas direcciones, por ejemplo: actuar por impulsos emocionales, amar con la mente o pensar con base en estímulos sentimentales. En este tema nos enfocaremos, de manera particular, en el centro mental. La “dimensión” de la mente humana es de una magnitud tan insignificante, en relación con la Mente universal, que visualmente podríamos compararla con el tamaño de la flama de una vela con respecto al fuego del Sol. Y en esa misma proporción tendríamos que ubicar también a la conciencia relativa del centro mental, en relación con la Conciencia absoluta del Ser universal; es por eso que los conceptos y las ideas humanas no son suficientes para alcanzar una comprensión profunda de los hechos, tal como son.
La inteligencia que se dedica a las cosas materiales es insuficiente para entender cosas grandes. Para poder comprender esto hay que tener una inteligencia que vaya más allá de esas cosas y tenga mayor alcance. Ibn Arabi, El Núcleo del Núcleo
Aquellos días serán de tribulación cual nunca ha habido desde el principio de la creación que Dios creó, hasta este tiempo, ni la habrá. Y si el Señor no hubiese acortado aquellos días, nadie sería salvo; más por causa de los escogidos que él escogió, acortó aquellos días. Entonces si alguno les dice: Mira, aquí está el Cristo; o, mira, allí está, no le creas. Porque se levantarán falsos Cristos y falsos profetas, y harán señales y prodigios, para engañar, si fuese posible, aun a los escogidos. Mas ustedes miren; se los he dicho todo antes. Pero de aquel día y de la hora nadie sabe, ni aun los ángeles que están en el cielo, ni el Hijo, sino el Padre. Mira, vela y ora; porque no sabes cuándo será el tiempo. Marcos 13: 19-23, 32,33
Los sentidos —vista, oído, olfato, gusto y tacto— constituyen la base de la conciencia existencial humana, porque sin la función sensorial ningún quehacer humano sería posible; ni siquiera el pensamiento. Todo el flujo de información que la mente procesa entra precisamente por los órganos sensoriales, que también representan la base para la manifestación de la Conciencia del Ser, cuyo acto fundamental es la Observación; y para que haya observación, la “percepción sensorial” resulta indispensable.
Nada hay en la mente que no haya estado antes en los sentidos.
Aristóteles
Este cuerpo sólo adquiere vida como manifestación externa de mí; además es necesario. Porque, para principiar, yo no podría tener ninguna experiencia interior sin mis sentidos, que sólo el cuerpo puede poner a mi disposición. Rudolf Steiner, Guía para el conocimiento de sí mismo Todo el conocimiento racional humano —sea científico, filosófico o artístico— surge desde los sentidos, porque sin la percepción sensorial no puede haber comprensión y sin la comprensión se disipa la memoria de cualquier estímulo sensorial; van siempre de la mano.
Todo lo que se halla en el hombre, tiene su origen en el universo; no tendríamos ojos con sensación de la luz, si la luz no hubiera generado el organismo. Goethe dice: “El ojo fue creado por la fuerza de la luz y para la luz. Rudolf Steiner, S/Ev. Lucas
Los sentidos —vista, oído, olfato, gusto y tacto— constituyen la base de la conciencia existencial humana, porque sin la función sensorial ningún quehacer humano sería posible; ni siquiera el pensamiento. Todo el flujo de información que la mente procesa entra precisamente por los órganos sensoriales, que también representan la base para la manifestación de la Conciencia del Ser, cuyo acto fundamental es la Observación; y para que haya observación, la “percepción sensorial” resulta indispensable.
Nada hay en la mente que no haya estado antes en los sentidos.
Aristóteles
En la mitología bíblica sobre el “pecado original”, plasmado en el pasaje histórico
de Adán y Eva en el paraíso, se pueden apreciar simbolismos maravillosos.
El más claro es con relación a la manzana, donde se sugiere que en el momento de ser
ingerida por Eva inicia de manera muy sutil el proceso de identificación con el mundo
de las formas —es conveniente dejar a un lado el concepto moral del pecado para que
no nos nuble la parte esencial—. Indiscutiblemente, éste es el relato más antiguo que
evoca el proceso de identificación; pero no nos quedemos allí, después de este proceso
viene otro aún más sutil: el olvido de la esencialidad. Conforme el hombre se va identificando,
se olvida se de sí mismo y de su Origen, hasta llegar a un estado de confusión
permanente que nubla el sentido del Ser y lo introduce en el engranaje de la vida
material. Todo queda cristalizado en el estado más lamentable que pueda afrontar la
humanidad: la ignorancia.
Únicamente por error e ignorancia los hombres se gozan en ese sueño de que sus
almas sean entidades distintas y existentes por sí mismas.
Evangelio del Buddha
Es tan vasta la información teórica generada en relación con el ego, que la simple
pretensión de darle orden se convertiría en una labor titánica. Frente a esta
marejada de referencias mentales, lo más inteligente es ubicar, en primera instancia,
al centro generador de ideas referidas al ego, que fluye en el vacío gestado desde el
fondo de una simple pregunta: ¿Quién soy? . . . Siempre que alguien ignore quién es,
y se rinda ante su incapacidad para descubrirlo, se verá en la necesidad inconsciente de
fabricar mentalmente una multitud de “yo(es)” —que constituyan la personalidad— para
que llenen el vacío del Ser original que no se conoce. Eso nos sucede a todos los individuos
que habitamos en esta existencia; y una vez auto-engañados por este artificio, la
posibilidad de re-descubrir al “Yo real” se presentará sólo reconociendo que cualquier
“yo” creado por la mente es falso. Es así como la palabra “yo” nos puede mover al mayor
error o a la más profunda Verdad.
La existencia del “yo” es una ilusión, y no hay en el mundo torcimiento, ni vicio, ni
pecado que no se derive de la afirmación del “yo”.
Evangelio del Buddha
Es tan vasta la información teórica generada en relación con el ego, que la simple
pretensión de darle orden se convertiría en una labor titánica. Frente a esta
marejada de referencias mentales, lo más inteligente es ubicar, en primera instancia,
al centro generador de ideas referidas al ego, que fluye en el vacío gestado desde el
fondo de una simple pregunta: ¿Quién soy? . . . Siempre que alguien ignore quién es,
y se rinda ante su incapacidad para descubrirlo, se verá en la necesidad inconsciente de
fabricar mentalmente una multitud de “yo(es)” —que constituyan la personalidad— para
que llenen el vacío del Ser original que no se conoce. Eso nos sucede a todos los individuos
que habitamos en esta existencia; y una vez auto-engañados por este artificio, la
posibilidad de re-descubrir al “Yo real” se presentará sólo reconociendo que cualquier
“yo” creado por la mente es falso. Es así como la palabra “yo” nos puede mover al mayor
error o a la más profunda Verdad.
La existencia del “yo” es una ilusión, y no hay en el mundo torcimiento, ni vicio, ni
pecado que no se derive de la afirmación del “yo”.
Evangelio del Buddha
La manifestación del Ser a través de las formas materiales, en las condiciones
más tangibles, se establece a partir de los cuatro elementos de la naturaleza:
tierra, agua, aire y fuego. Del mismo modo, El Éter fundamental que da Origen a la Vida
de toda entidad —Quinta Esencia—, se hace manifiesto a través de cuatro éteres naturales
activos; ellos son los precursores de la consolidación de todo el Universo tangible.
Nuestro microcosmos es un acumulador de energía etérea, que es fundamental
para hacer posibles todos los procesos vitales; y el grado de acumulación de estos éteres
naturales determinará la prolongación y la calidad de nuestro estado de vida natural.
La energía etérea que disponemos —por naturaleza— sería suficiente para vivir en
condiciones óptimas durante varios siglos, pero no sucede así por la manera irracional
en que se drenan los éteres por la actividad compulsiva de la mente y por los despliegues
de un centro emocional en desequilibrio.
En apego a la Tierra, los cuatro éteres naturales constituyen el factor principal de
arraigo con la vida natural; quien aspira a la Luz de la verdadera Vida, debe procurar la
“Quinta Esencia” del Éter fundamental.
John 13:34-35. Love One Another. I. WHAT JESUS TAUGHT ABOUT “LOVING ONE ANOTHER” II. WHAT PETER TAUGHT ABOUT “LOVING ONE ANOTHER” III. WHAT PAUL TAUGHT ABOUT “LOVING ONE ANOTHER” IV. WHAT JOHN TAUGHT ON “LOVING ONE ANOTHER”
1. To love one another is a commandment – it is not optional!!!
2. Loving one another is of great importance to God and should be to us.
3. To love one another may take some work on our part.
4. If I am truly concerned about my eternal destiny, I will honor my Lord’s request.
5. We are motivated to love one another because of the great love that has been and is bestowed on us.
Economía Ambiental - Boletín de Ambiente y Seguridad Industrial. Abril 2011CámaraCIP
La Economía Ambiental está enfocada a la valoración monetaria de los problemas ambientales. De esta forma, una vez estimado el valor monetario de la contaminación ambiental, se buscan los mecanismos más eficientes para compensar estos daños.
El protocolo de Kyoto y el comercio de créditos de emisión son un primer paso para la creación de un mercado del ambiente
Para más información, visite nuestro sitio o contáctese con nosotros:
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www.cip.org.ec
El trabajo filosófico y científico que hemos desarrollado desde la colección: Principios de Sabiduría Universal, inició con un cuestionamiento fundamental: ¿Quién soy?, ¿de dónde vengo? y ¿hacia dónde voy? Y es la posible respuesta a tales interrogantes quien nos proporciona el motivo para llevar a cabo una revisión de 144 temas a lo largo de cuatro tomos. Los humanos, como personalidad, hemos vivido entrampados en un estado de ilusión, preocupados por alcanzar una felicidad que solo es efímera, pero nos empeñamos en visualizarla como permanente, e irremediablemente caemos en círculos de felicidadsufrimiento. Sin embargo, hoy escuchamos la cita de Hermes Trismegisto y cabalmente comprendemos su mensaje:
Los humanos, en tanto que no conocen para qué propósito han sido hechos, son mantenidos bajo la constricción de la ira y la incontinencia; admiran cosas que no son dignas de ser contempladas; atienden tan sólo a sus placeres y deseos corporales y creen que el hombre ha sido hecho para cosas como éstas. Hermes Trismegisto, Corpus Herméticum
Todo el quehacer del hombre natural —pensamientos, emociones y movimientos— es regulado por tres centros que trabajan simultáneamente: centro mental, centro emocional y centro instintivo-motor. En algunas corrientes se les conoce también como las tres mentes porque, en su función reguladora, operan almacenando y ordenando información. En su estado original, cada centro es responsable por sí mismo de su propia función; sin embargo, ante del desorden que prevalece en el humano actual, lo común es que cualquier centro usurpe la función de otro, lo que genera desajuste psicológico en muchas direcciones, por ejemplo: actuar por impulsos emocionales, amar con la mente o pensar con base en estímulos sentimentales. En este tema nos enfocaremos, de manera particular, en el centro mental. La “dimensión” de la mente humana es de una magnitud tan insignificante, en relación con la Mente universal, que visualmente podríamos compararla con el tamaño de la flama de una vela con respecto al fuego del Sol. Y en esa misma proporción tendríamos que ubicar también a la conciencia relativa del centro mental, en relación con la Conciencia absoluta del Ser universal; es por eso que los conceptos y las ideas humanas no son suficientes para alcanzar una comprensión profunda de los hechos, tal como son.
La inteligencia que se dedica a las cosas materiales es insuficiente para entender cosas grandes. Para poder comprender esto hay que tener una inteligencia que vaya más allá de esas cosas y tenga mayor alcance. Ibn Arabi, El Núcleo del Núcleo
Aquellos días serán de tribulación cual nunca ha habido desde el principio de la creación que Dios creó, hasta este tiempo, ni la habrá. Y si el Señor no hubiese acortado aquellos días, nadie sería salvo; más por causa de los escogidos que él escogió, acortó aquellos días. Entonces si alguno les dice: Mira, aquí está el Cristo; o, mira, allí está, no le creas. Porque se levantarán falsos Cristos y falsos profetas, y harán señales y prodigios, para engañar, si fuese posible, aun a los escogidos. Mas ustedes miren; se los he dicho todo antes. Pero de aquel día y de la hora nadie sabe, ni aun los ángeles que están en el cielo, ni el Hijo, sino el Padre. Mira, vela y ora; porque no sabes cuándo será el tiempo. Marcos 13: 19-23, 32,33
Los sentidos —vista, oído, olfato, gusto y tacto— constituyen la base de la conciencia existencial humana, porque sin la función sensorial ningún quehacer humano sería posible; ni siquiera el pensamiento. Todo el flujo de información que la mente procesa entra precisamente por los órganos sensoriales, que también representan la base para la manifestación de la Conciencia del Ser, cuyo acto fundamental es la Observación; y para que haya observación, la “percepción sensorial” resulta indispensable.
Nada hay en la mente que no haya estado antes en los sentidos.
Aristóteles
Este cuerpo sólo adquiere vida como manifestación externa de mí; además es necesario. Porque, para principiar, yo no podría tener ninguna experiencia interior sin mis sentidos, que sólo el cuerpo puede poner a mi disposición. Rudolf Steiner, Guía para el conocimiento de sí mismo Todo el conocimiento racional humano —sea científico, filosófico o artístico— surge desde los sentidos, porque sin la percepción sensorial no puede haber comprensión y sin la comprensión se disipa la memoria de cualquier estímulo sensorial; van siempre de la mano.
Todo lo que se halla en el hombre, tiene su origen en el universo; no tendríamos ojos con sensación de la luz, si la luz no hubiera generado el organismo. Goethe dice: “El ojo fue creado por la fuerza de la luz y para la luz. Rudolf Steiner, S/Ev. Lucas
Los sentidos —vista, oído, olfato, gusto y tacto— constituyen la base de la conciencia existencial humana, porque sin la función sensorial ningún quehacer humano sería posible; ni siquiera el pensamiento. Todo el flujo de información que la mente procesa entra precisamente por los órganos sensoriales, que también representan la base para la manifestación de la Conciencia del Ser, cuyo acto fundamental es la Observación; y para que haya observación, la “percepción sensorial” resulta indispensable.
Nada hay en la mente que no haya estado antes en los sentidos.
Aristóteles
En la mitología bíblica sobre el “pecado original”, plasmado en el pasaje histórico
de Adán y Eva en el paraíso, se pueden apreciar simbolismos maravillosos.
El más claro es con relación a la manzana, donde se sugiere que en el momento de ser
ingerida por Eva inicia de manera muy sutil el proceso de identificación con el mundo
de las formas —es conveniente dejar a un lado el concepto moral del pecado para que
no nos nuble la parte esencial—. Indiscutiblemente, éste es el relato más antiguo que
evoca el proceso de identificación; pero no nos quedemos allí, después de este proceso
viene otro aún más sutil: el olvido de la esencialidad. Conforme el hombre se va identificando,
se olvida se de sí mismo y de su Origen, hasta llegar a un estado de confusión
permanente que nubla el sentido del Ser y lo introduce en el engranaje de la vida
material. Todo queda cristalizado en el estado más lamentable que pueda afrontar la
humanidad: la ignorancia.
Únicamente por error e ignorancia los hombres se gozan en ese sueño de que sus
almas sean entidades distintas y existentes por sí mismas.
Evangelio del Buddha
Es tan vasta la información teórica generada en relación con el ego, que la simple
pretensión de darle orden se convertiría en una labor titánica. Frente a esta
marejada de referencias mentales, lo más inteligente es ubicar, en primera instancia,
al centro generador de ideas referidas al ego, que fluye en el vacío gestado desde el
fondo de una simple pregunta: ¿Quién soy? . . . Siempre que alguien ignore quién es,
y se rinda ante su incapacidad para descubrirlo, se verá en la necesidad inconsciente de
fabricar mentalmente una multitud de “yo(es)” —que constituyan la personalidad— para
que llenen el vacío del Ser original que no se conoce. Eso nos sucede a todos los individuos
que habitamos en esta existencia; y una vez auto-engañados por este artificio, la
posibilidad de re-descubrir al “Yo real” se presentará sólo reconociendo que cualquier
“yo” creado por la mente es falso. Es así como la palabra “yo” nos puede mover al mayor
error o a la más profunda Verdad.
La existencia del “yo” es una ilusión, y no hay en el mundo torcimiento, ni vicio, ni
pecado que no se derive de la afirmación del “yo”.
Evangelio del Buddha
Es tan vasta la información teórica generada en relación con el ego, que la simple
pretensión de darle orden se convertiría en una labor titánica. Frente a esta
marejada de referencias mentales, lo más inteligente es ubicar, en primera instancia,
al centro generador de ideas referidas al ego, que fluye en el vacío gestado desde el
fondo de una simple pregunta: ¿Quién soy? . . . Siempre que alguien ignore quién es,
y se rinda ante su incapacidad para descubrirlo, se verá en la necesidad inconsciente de
fabricar mentalmente una multitud de “yo(es)” —que constituyan la personalidad— para
que llenen el vacío del Ser original que no se conoce. Eso nos sucede a todos los individuos
que habitamos en esta existencia; y una vez auto-engañados por este artificio, la
posibilidad de re-descubrir al “Yo real” se presentará sólo reconociendo que cualquier
“yo” creado por la mente es falso. Es así como la palabra “yo” nos puede mover al mayor
error o a la más profunda Verdad.
La existencia del “yo” es una ilusión, y no hay en el mundo torcimiento, ni vicio, ni
pecado que no se derive de la afirmación del “yo”.
Evangelio del Buddha
La manifestación del Ser a través de las formas materiales, en las condiciones
más tangibles, se establece a partir de los cuatro elementos de la naturaleza:
tierra, agua, aire y fuego. Del mismo modo, El Éter fundamental que da Origen a la Vida
de toda entidad —Quinta Esencia—, se hace manifiesto a través de cuatro éteres naturales
activos; ellos son los precursores de la consolidación de todo el Universo tangible.
Nuestro microcosmos es un acumulador de energía etérea, que es fundamental
para hacer posibles todos los procesos vitales; y el grado de acumulación de estos éteres
naturales determinará la prolongación y la calidad de nuestro estado de vida natural.
La energía etérea que disponemos —por naturaleza— sería suficiente para vivir en
condiciones óptimas durante varios siglos, pero no sucede así por la manera irracional
en que se drenan los éteres por la actividad compulsiva de la mente y por los despliegues
de un centro emocional en desequilibrio.
En apego a la Tierra, los cuatro éteres naturales constituyen el factor principal de
arraigo con la vida natural; quien aspira a la Luz de la verdadera Vida, debe procurar la
“Quinta Esencia” del Éter fundamental.
Nada hay más complejo en este mundo que hablar de la Verdad, porque siendo
absoluta, se ubica en un extremo de la dualidad, lo que la hace intangible e
incognoscible. Habría que estudiar mucho y durante largo tiempo, tan sólo para lograr
una incipiente aproximación a Ella; para luego encontrarse con la certeza asentida por
Sócrates: “lo único que sé es que nada sé”.
¡Oh, Arjuna! permanece en la Verdad que está más allá de todos los pares de opuestos.
Ve más allá de las posesiones y las ganancias. ¡Recupera tu propia alma!
Bhagavad Gita, II- 45
Más allá del cosmos, del tiempo, del espacio, de todo cuanto se mueve y cambia, se
encuentra la realidad sustancial, la Verdad fundamental.
Hermes Trismegisto, Corpus Herméticum
La Biblia nos dice, en diversos pasajes, que el Señor de la Vida va siempre al encuentro
del peregrino. Con esto no debemos crear la imagen personalizada de
un “dios majestuoso” con atributos “sobrehumanos” abordando a la personalidad de un
humilde peregrino; sino comprender que hace referencia a la dirección y el sentido en
que se establece el contacto directo entre el Ser universal y nuestro Ser interior original.
Mantén solamente el silencio; así descenderá sobre nosotros la misericordia de Dios.
Hermes Trismegisto, Corpus Herméticum
Mientras la mente no está en armonía, la comunión divina es muy difícil de alcanzar.
Pero aquel hombre que ha recibido el Conocimiento y lo practica con regularidad
y determinación, logra controlar su mente y alcanzar la Unidad.
Bhagavad Gita, VI- 33 y 36
En el Sermón de la Montaña, Jesús de Nazaret pronuncia algo muy importante:
“bienaventurados los humildes, porque ellos heredarán la Tierra”; pero, ¿qué es
realmente la humildad?
El sabio, que es rico en virtudes, gusta de presentarse como un hombre simple,
falto de inteligencia. Comienza, pues, por despojarte de ese espíritu orgulloso que
te anima.
Lao tse, Tao Te King
Todo es vanidad. Desolación y vanidad.
Evangelio del Buddha
La eminencia tiene por base la humildad, y lo alto se basa en lo bajo.
Lao tse, Tao Te King
Nuestro estado de conciencia existencial actual es tan limitado que apenas nos
permite descubrir que habitamos en un mundo cuya naturaleza nos es desconocida
en casi la totalidad de sus aspectos. Debido a esta limitada conciencia, ni siquiera
nos es posible conservar el recuerdo del momento en que biológicamente llegamos a
la existencia actual. Ante tal inconsciencia, nos queda aún más lejana la posibilidad de
responder a las preguntas más fundamentales: ¿quién soy?, ¿de dónde vengo?, ¿hacia
dónde voy? Pero lo más lamentable es que ni siquiera tengamos la suficiente sensibilidad
para percibir el nivel de gravedad que hay en la inconciencia de sí mismo.
Lo peor de todo: cada una de las cosas, de las que se ha hablado, se cree en este
mundo que sean el más grande bien. Este error es el que conduce el tren de todos
los errores.
Hermes Trismegisto, Corpus Herméticum
Una vez que hayas cruzado el profundo océano de Maya, estarás aún más allá de lo
que hay escrito en cualquier escritura; ya sea de tiempos pasados o los que han de
venir.
Bhagavad Gita, II- 52
En el humano común siempre ha permanecido la pretensión de la verdadera Oración;
no obstante, la posibilidad de que pueda fluir se basa en recuerdo de sí,
del Origen verdadero, dejándose de lado las inclinaciones de la personalidad como las
preocupaciones, los miedos, los deseos; y con una Conciencia previa del “por qué” de
la Oración misma.
Una ofrenda de incienso y perfumes son inadecuados para Dios, pues está lleno de
todas las cosas que existen, y no carece de nada. Adorémoslo más bien con la acción
de gracias.
Hermes Trismegisto, Corpus Herméticum
Si el propósito de este tema fuera abordar moralmente los “apegos”, inevitablemente
se tendrían que ubicar en el centro medular de todos los pecados;
pero con esta visión nos sumergiríamos en una laguna de complicaciones de la que
difícilmente podríamos salir: inmediatamente surgirían simpatizantes y detractores, y
esto a ningún lugar nos conduciría. Por lo contrario, si se parte de la Conciencia, invariablemente
los apegos se ubicarán como parte del motor que genera estados ilusorios,
porque son el somnífero más adormecedor de la humanidad; debido a que están siempre
dirigidos hacia lo más superficial e inútil, lo prescindible —aunque algunas veces parezca
fundamental—
El vulgo toma como necesario aun lo no necesario, por eso tiene tantas guerras.
Chuang Tzu
El que permanezca aprisionado en una dimensión definida estará completamente
triste cuando deje la tierra.
Ibn Arabi, El Núcleo del Núcleo
Todo el sufrimiento que agobia a la humanidad se debe a que el hombre natural se
engancha con lo que es de naturaleza ilusoria y en un grado desmedido;
Es fácil ser rico y no altivo; es difícil ser pobre y no quejoso.
Confucio
Sin el recuerdo de sí, la oración es un absurdo; en condiciones ordinarias, el hombre ni siquiera está facultado para orar. En su estado natural, el humano sólo sueña que está orando, y la “oración” pronunciada desde un estado de ensoñación resulta inútil. Aún en el llamado “estado de vigilia”, cualquier pretensión de orar deviene de un simple sueño.
Los rituales carecen de eficacia; las oraciones son vanas repeticiones de fórmulas; las encantaciones no tienen poder saludable. Evangelio del Buddha
Una ofrenda de incienso y perfumes es inadecuada para Dios, pues está lleno de todas las cosas reales, y no carece de nada. Hermes Trismegisto, Corpus Herméticum