Las feromonas sirven para atraer a individuos del sexo opuesto o congregarlos de la misma especie. Las hormigas y abejas usan feromonas de rastreo para guiarse hacia alimento, mientras que las reinas las emplean para controlar obreras y atraer machos durante el vuelo nupcial. Algunos animales como el zorrillo marcan su territorio con orina que contiene feromonas, y ciertas cucarachas las producen a través de glándulas malolientes.