El Islam llegó a la península ibérica en el siglo VIII d.C. y se estableció el emirato independiente de Al-Andalus, que abarcaba la mayor parte de la península. Al-Andalus experimentó un esplendor cultural y económico bajo el califato Omeya de Córdoba, con avances en campos como la medicina, la filosofía y las ciencias. Sin embargo, con el tiempo Al-Andalus se fragmentó en reinos de taifas más pequeños.