Este documento discute cuatro estudios que encontraron evidencia de sesgo en la publicación de resultados de ensayos clínicos, con resultados positivos más propensos a ser publicados que resultados negativos. También menciona tres estudios adicionales realizados por Dickersin K. (1997), Bardy (1998) y Cronin E. (2004) que confirmaron estos hallazgos de sesgo en la publicación.