Un intercambio de radio entre un faro gallego y un portaaviones estadounidense casi resulta en una colisión, con cada parte insistiendo en que la otra desvíe su rumbo. El capitán estadounidense amenaza con medidas para proteger su buque, pero los gallegos le informan que se encuentran en tierra firme y no se dirigen a ninguna parte, instándolos nuevamente a desviar su rumbo quince grados al sur.