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,oscampesinos peruanos son los d a d e r o s hacedtiresdel mi-
agro diario de la papa. Y sin embargo, sonlos menos beneficia-
los, pues trabajan largas y duras jornadas para que podamos
lisfrutar cada db de la amplia oferta gastronómica que gira
ilrededorde nuestro tuberculomás preciado, pero sus ingresas
io son suficientes para tener una vida digna. Asumamos de
ina vez la enorme deuda que tenemos con quienes deberían
lisfrutar de los ben~ficiosque genera el alimento más popular:
le1mundo.
)e acuerdo a Su composícibn, cada papa es apropiada para una
leterminadapreparación.Sabemos quelatomasa es buenapara
reir; la huayro, para sancocharo dorar, y la amarilla, para-iusas
también para sanmhar. No obstante, e4 trabajo de Mentifi-
ación de este tuMrcufo en el país aún necesita profundizarse;
sicomo falta explorar laspapas en sus distintos estadosde con-
ervación: el C)IuiFIqnegroy el chuño blanco, por ejemplo..,
'odemos afirmar, entonces, que el mapa culinario de nuestros
ubérculosmcf6n eW4 empezando.
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