Este documento argumenta que las instituciones deben participar en diálogos públicos a través de las redes sociales no solo publicando información, sino observando y escuchando primero para entender el tono adecuado y el papel que deben desempeñar en la conversación. También sugiere que las instituciones deben decidir cuidadosamente en qué conversaciones participarán y cómo responder a diferentes personas mientras adoptan una postura apropiada.