Antonio, un portugués que construía una capilla en Córdoba de Tucumán, fue a un puerto a buscar una imagen de la Virgen para terminar su obra. Al regresar con la imagen junto a su amigo Eduardo, decidieron descansar a orillas del río Luján. A la mañana siguiente, cuando quisieron mover la carreta con la imagen, esta no se movió, entendiendo que la Virgen quería quedarse ahí. Llevaron la imagen a la casa más cercana y, aunque intentaron llevarla a otros lugares, no pud