La licencia GPL permite a los usuarios instalar, usar, modificar y distribuir programas GPL de forma libre, siempre que también distribuyan el código fuente. A diferencia de las licencias propietarias, los programas GPL son de libre acceso y sus usuarios tienen más derechos, como modificarlos y distribuir versiones modificadas siempre que compartan el código fuente. Los programas creados por empleados pertenecen a la empresa a menos que se especifique lo contrario, pero si usan código GPL deben distribuirse bajo la misma licencia GPL.