Este poema habla sobre la importancia de derribar muros y construir puentes entre las personas. Argumenta que la vida no tiene normas establecidas y que para vivir plenamente debemos abrirnos a los demás, amar y odiar, dar y recibir, pedir ayuda y ofrecerla. También enfatiza la necesidad de escucharnos los unos a los otros de frente y con honestidad para superar las distancias.