Las primeras señales de dirección datan del Imperio Romano, donde se usaban pilares de piedra para indicar distancias a Roma. En la Edad Media se volvieron comunes las señales direccionales en cruces de caminos. Con el desarrollo del automóvil en los siglos XVIII-XIX, la señalización se hizo más importante y estandarizada a nivel internacional, pasando de 4 tipos de señales en 1909 a unos 400 en 2011. La Convención de Viena de 1968 estableció normas para facilitar el