La historia de las pociones se remonta a la antigua Grecia, donde se combinaban propiedades mágicas de animales en brebajes. A lo largo de la Edad Media, el conocimiento de pociones creció y fue practicado por brujos ermitaños. En los siglos XVI-XIX, magos como Mungo Bonham y Damocles Belby inventaron pociones curativas y de transformación que aún se usan hoy.