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Historia de los Terran (Esta historia es previa al juego original).
La caída de la civilización Occidental .Aunque la tecnología y la cultura mundial habían
progresado mucho durante todo el siglo XX, esos avances resultaron incomparables frente al
posterior desarrollo, casi temerario. Al final del siglo XXI, el ser humano había sido testigo de
atrevidos caminos. Tecnologías radicalmente nuevas aparecían a increíbles velocidades,
ofreciendo el acceso a ordenadores avanzados y bases de datos de información hasta los
países más necesitados de La Tierra. El comunismo cayó en los países del este, en poco
tiempo hubo cantidad de armas nucleares disponibles y la estructura de poder internacional,
definida originalmente por la adquisición de capital y la superioridad militar, quedó destruida
cuando los países del tercer mundo se levantaron para desafiar al poder militar de las
superpotencias mundiales.
Como las manipuladas ciencias de la cibernética, de la clonación y del encolado genético
habían ido apareciendo paulatinamente en el foro público, grupos de militares humanistas y
religiosos de línea dura se enfrentaron a las corporaciones de intereses privados que se
beneficiaban de la experimentación entidos a telepatía avanzada. Estos dramáticos cambios en
la reserva genética humana desataron una gran alarma entre las facciones humanistas
principales.
La tecnología siguió desarrollándose, y los índices de población aumentaron. Al final del siglo
XXI había 6 billones de personas en la Tierra, y en sólo 300 años, la población había
aumentado en 23 billones. La contaminación, la falta de recursos naturales y combustibles
asequibles empeoraban aún más las cosas mientras los líderes mundiales buscaban la forma
de detener el crecimiento de la población en sus respectivos países. El sentimiento popular era
que el mundo se dirigía a una inevitable catástrofe porque la superpoblación y la alteración
genética lo invadían todo.
Mientras tanto, a medida que crecían las tensiones internacionales en cuanto al uso y
capitalización de las mutaciones genéticas y cibernéticas, muchos sistemas económicos
internacionales se replegaron sobre sí mismos y se cerraron. Se produjeron horribles actos de
terrorismo entre el sector corporativo y las facciones humanistas, obligando a acciones de
fuerza de la policía en todo el mundo. La irresponsable cobertura informativa de los medios de
comunicación de estas atroces acciones policiales, extendieron el caos civil ya existente en
muchos de los países más grandes. Finalmente la precaria balanza del poder mundial estalló
en un pandemónium internacional.
El Nuevo Orden. El 22 de noviembre del 2229, fue fundada la Liga de Poderes Unidos o el UPL
(UnitedPowers League). El UPL iba a convertirse en la última reencarnación de la humanidad
unida, que en su día habían representado las Naciones Unidas. Este Nuevo Orden consiguió
regular y controlar casi el 93% de la población mundial a excepción de unos cuantos estados
aislados de América del Sur. El UPL fue fundado en base al socialismo iluminado pero solía
recurrir a duras y fascistas acciones para mantener el orden público. Tras ocho años de control,
el UPL decidió poner en marcha una dura agenda que unificaría las diferentes culturas de la
humanidad para siempre.
Llevó mucho tiempo erradicar los últimos restos de separatismo racial y las Comisiones Unidas
prohibieron muchas de las religiones más antiguas del mundo. El inglés fue declarado el idioma
común del planeta, reemplazando éste a muchas viejas lenguas que posteriormente fueron
prohibidas en sus países de origen. Aunque las religiones fueron vetadas oficialmente por el
UPL, la organización tenía una creencia casi religiosa en la supuesta "divinidad del ser
humano". Este dogma trajo consigo la inmediata eliminación de cualquier mutación o prótesis
vital para conseguir una reserva de genes humanos de la máxima pureza. Los defensores y
eruditos de la línea dura del UPL pensaban que la alteración genética, la cibertecnología y el
uso de drogas psicoactivas llevaba a la degeneración de la especie humana. Los líderes del
UPL desarrollaron un atrevido plan que aseguraría la supervivencia de una humanidad, limpia
de la tentadora corrupción de las tecnologías radicales.
La Gran Purificación. Como las sangrientas inquisiciones que devastaron Europa cientos de
años atrás, el UPL puso en marcha uno de los planes más violentos jamás concebidos por la
humanidad: el Proyecto Purificación. Esta cruzada genocida fue la solución final del gobierno a
la cuestión de limpiar a la humanidad de sus facetas más degeneradas. Las tropas del UPL
recorrieron todos los países de la tierra, derrotando a los disidentes, hackers, sintéticos,
cibernéticamente mejorados, tecno-piratas y criminales de todo tipo. Esta clasificación a nivel
mundial supuso la eliminación de casi 400 millones de personas. Los medios de comunicación
en todo el mundo, ahora bajo el estricto control del UPL negaron la horrible violencia
perpetrada y mantuvieron a la población de la Tierra ignorante de las atrocidades que se
estaban cometiendo.
A pesar de sus actos criminales, el UPL cosechó numerosos éxitos en muchas tecnologías
básicas. Campos de investigación que habían permanecido dormidos durante décadas fueron
reabiertos bajo el control del UPL. Los programas de exploración espacial de mediados del
siglo XX, abandonados por los gobiernos de Estados Unidos y Rusia debido a la reducción
drástica de sus presupuesto y al continuo sabotaje político, se convirtieron el la base de una
nueva era de la exploración para la humanidad. La combinación de la hibernación criogénica
con la tecnología warp (espacio-temporal) ofreció la posibilidad de viajar entre las estrellas. En
sólo 40 años, el UPL fundó colonias en La Luna y en muchos otros planetas del Sistema Solar.
Durante este período, un brillante y joven científico llamado Doran Routhe, decidió consolidar
su poder dentro del UPL. No interesado en las vulgaridades del Proyecto Purificación, Routhe
estaba obsesionado por fundar colonias en los mundos que se encontraban más allá del sector
Terrestre. Routhe estaba convencido de que el descubrimiento de nuevos minerales y de
fuentes de combustible alternativas lo convertiría en uno de los hombres más influyentes de La
Tierra. A través de sus conexiones políticas y de su fortuna personal, Routhe consiguió que
miles de prisioneros del UPL fueran utilizados como conejillos de indias para sus planes
secretos.
Los prisioneros, destinados a ser ejecutados en masa por edicto del Proyecto Purificación,
fueron llevados a los laboratorios privados de Routhe. Routhe, que planeaba el envío de
prisioneros como colonos de los mundos remotos, hizo que sus equipos científicos prepararan
a unas 56.000 para la hibernación criogénica a largo plazo. Tras catalogar las diversas
mutaciones y mejoras cibernéticas de los prisioneros, Routhe introdujo todos los datos en un
revolucionario súper-ordenador. Este Sistema de Análisis Logístico Telepático Artificial
conocido como ATLAS (Artificial Tele-empathicLogisticsAnalisysSystem), procesó toda esta
información genética y fue capaz de predecir cuáles de los prisioneros podrían sobrevivir a la
dura prueba a la que se deberían enfrentar. Sólo 40.000 de los prisioneros fueron considerados
aptos para sobrevivir a las duras condiciones y esos 40.000 prisioneros fueron cargados en
cuatro supertransportes automatizados de espacio profundo. Mientras los prisioneros estaban
siendo preparados para su "frío sueño" criogénico, las naves fueron cargadas con suficientes
suministros, alimentos y hardware para ayudarles cuando llegaran a sus destinos previstos. El
ordenador de navegación fue programado entonces con las coordenadas del lejano planeta de
Gantris VI. Todo parecía esta perfectamente preparado y ni siquiera Ruothe podía imaginarse
que los prisioneros no eran lanzados a una muerte casi segura al cerco de la galaxia.
Los exiliados y el Largo Sueño. El ATLAS fue instalado en el primero de los supertransportes,
el Nagglfar. Los tres transportes -Argo, Sarengo y Reagan- fueron programados para seguir al
Nagglfar cuando éste fuera lanzado al vacío espacio hacia Gantris VI. Previsto originalmente
como un viaje de un año este plazo nunca se cumplió. En un momento del viaje los sistemas de
navegación incorporados al ATLAS se apagaron borrando no sólo las coordenadas de Gantris
VI sino también las de La Tierra. Las cuatro naves, con su indefensa carga "durmiente",
viajaron ciegamente por el espacio a velocidades warp durante casi 30 años.
Durante este viaje, que las futuras generaciones llamarían El Largo Sueño, el ATLAS siguió
monitorizando a los humanos en estasis criogénica. Evaluando las numerosas mutaciones y
mejoras encontradas en la reserva de genes de los prisioneros, ATLAS descubrió un potente
agente mutagénico que existía en el ADN de algunos de ellos.
Aunque esta mutación aparecía en menos del 1% de los prisioneros, si conseguían sobrevivir
en sus nuevos entornos, muchos de ellos podrían beneficiarse de esta mutación psiónica en
sólo unas pocas generaciones. Estos descubrimientos fueron grabados y enviados de vuelta a
La Tierra, directamente a los registros Doran Routhe.
Finalmente, los motores warp de los cuatro supertransportes alcanzaron su fusión crítica y tras
28 años de viaje, las enormes naves emergieron al espacio real, junto al cerco de un sistema
estelar habitable. A unos 60.000 años luz de la Tierra con sus motores destruidos y sus
baterías de soporte vital casi agotadas las naves accionaron sus protocolos de emergencia y se
dirigieron a los mundos habitables más próximos de sistema.
El Reagan y el Sarengo acabaron en un mundo que sería llamado Umoja. El Sarengo que
había sufrido enormes daños durante su descenso atmosférico, se estrello contra el planeta
matando a sus 8.000 pasajeros. El Reagan tuvo más suerte, ejecutando un descenso
controlado y aterrizando intacto. Tras el aterrizaje de la nave las cámaras del "frío sueño"
quedaron desactivadas y los pasajeros que aun vivían empezaron a despertarse lentamente.
Los pasajeros intentando recordar donde estaban y cuánto tiempo habían "dormido",
descubrieron que por alguna razón el ATLAS había borrado toda la información de su viaje de
los bancos de los ordenadores.
El Argo aterrizó en el mundo rojo de Moria. Sus pasajeros corrieron el mismo destino que los
del Reagan porque toda la información relacionada con su estado actual había sido borrada.
Sólo los pasajeros del Nagglfar pudieron acceder a los ordenadores de la nave para conocer su
viaje. Tras preguntarle al ATLAS, confirmaron sus sospechas de que no volverían a ver La
Tierra porque aunque habían aterrizado en el templado planeta de Tarsonis, el Nagglfar había
quedado totalmente destruido. Los exiliados que habían sobrevivido esparcidos ahora por los
tres mundos, salvaron lo que pudieron de sus arruinadas naves en un intento por proveerse
nuevos entornos.
La Confederación y el Nuevo Mundo. Los habitantes de cada planeta trabajaron duramente
para sobrevivir en lo que ellos llamarían el "Nuevo Mundo". Ignorantes de que sus otros
compañeros también habían conseguido prosperar en otros mundos del sistema, los nómadas
Terran crecieron con los escasos recursos que pudieron encontrar. Tras perder los medios para
comunicarse a través de distancias interplanetarias cuando sus naves fueron desmontadas en
busca de materiales esenciales, los Terran vivieron aislados durante décadas. En un espacio
de tiempo relativamente corto, los tres grupos de Terran fundaron colonias hermanas en sus
respectivos mundos, y aunque tendrían que pasar 60 años más antes de que las tres colonias
pudieran volver a reunirse por viajes espaciales, cada una de ella creció y formo prosperas
comunidades autónomas. Tarsonis, la colonia más grande y más avanzada tecnológicamente,
pronto desarrollo motores sub-warp de segunda generación. Esto permitió a sus naves explorar
los innumerables y asolados planetas del sistema solar que les rodeaba y finalmente acabaron
encontrando a los otros supervivientes del Largo Sueño.
Una vez reunidas, las tres colonias se beneficiaron del comercio mutuo y de los tratados
comerciales. Aunque Tarsonis siguió insistiendo en que Umoja y Moria se unieran y formaran
un solo gobierno, las dos colonias se negaron firmemente. Y las flotas de Tarsonis siguieron
explorando el espacio Terran, que acabo siendo llamado el Sector Koprulu.
Tras encontrar otras prosperas colonias en otros siete mundos del sistema la fuerza militar de
Tarsonis creció rápida e imparablemente. Un nuevo gobierno, llamado la Confederación Terran,
fue fundado por las colonias Tarsonian. La colonia Morian, que disponía de las mayores
operaciones mineras del sector, empezó a temer que este nuevo poder de la Confederación
intentara ocuparla y regular sus lucrativas operaciones. Y fue así como se formó la Asociación
Kel-Morian, un sospechoso aliado de la corporación dispuesto a ofrecer apoyo militar a
cualquier gremio minero que fuera oprimido por la política de la Confederación. Pero finalmente
surgieron tensiones entre la Confederación y la Asociación que llevaron al estallido de la
Guerra de los Gremios Terran.
La Guerra de los Gremios duró casi 4 años hasta que la Confederación pacto la paz con la
Asociación. Aunque la Asociación siguió manteniendo su autonomía, casi todos su gremios
mineros fueron anexionados como partes de la Confederación. La colonia Umojan, tras ver los
enormes abusos de que era capaz la confederación fundó el Protectorado de Umojan: una
milicia nacionalizada cuyo objetivo sería liberar a la colonia de la tiranía de la Confederación.
En un análisis final, la Guerra de los Gremios consolidó la dominante posición de la
Confederación dentro de la estructura de poder Terran.
El poder de la Confederación siguió creciendo con el paso de los años, mientras los
prospectores se anexionaban un mundo tras otro en su atrevida expansión. Poco a poco
empezaron a aparecer grupos de piratas y organizaciones radicales de milicias, mientras las
agencias de aplicación de la ley seguían abusando de los ciudadanos. Una de las mayores
revueltas contra la política de la Confederación fue la Rebelión Korhal.
La Rebelión de Korhal. Korhal era uno de los mundos principales de la Confederación, poblado
originalmente por colonos Tarsonian. Korhal, un mundo de abundancia y de ilustración,
contribuyó en gran medida a los avances militares y tecnológicos de la Confederación. Aunque
la Confederación se benefició de la continua productividad de Korhal, los ciudadanos de la
colonia rechazaban su obligada afiliación a los normalmente corruptos senadores de la
Confederación. En un intento por mantener su independencia los ciudadanos de Korhal
instigaron numerosas revueltas contra la milicia confederada local. Los confederados
respondieron apropiadamente y declararon la ley marcial en toda la colonia. Esto sólo consiguió
agitar aun más a la población escalando el conflicto a nivel de caos civil. La Confederación
pensó que si su colonia más preciada y mimada conseguía rebelarse contra ellos, entonces
todas sus colonias también se rebelarían. Así que decidió que la crisis de Korhal debía terminar
como fuera. Korhal sería un ejemplo para todas las otras colonias de la confederación de su
poder absoluto sobre ellas.
El dinámico senador Korhalian, Angus Mengsk, fue el encargado de formalizar los sentimientos
de sus ciudadanos y compañeros ante la Confederación. Su grito de libertad resonó con fuerza
entre su gente cuando Mengsk declaró la guerra contra la Confederación. Llevando a los
Korhalians a un frenesí paranoico el senador consiguió capturar todos los puestos de la
Confederación en Korhal.
Tras sus declaraciones de que la Confederación no tenía ningún poder sobre el mundo de
Korhal, Mengsk consiguió ganarse el respeto y la admiración de muchas otras colonias también
en lucha.
La Confederación, en un intento por contener la situación, reunió a sus fuerzas estacionadas
en Korhal y sacó a su flota de los cielos. Mengsk y los otros líderes de la revuelta creyendo que
habían ganado su independencia, celebraron su victoria contra la Confederación. Los
confederados conscientes de que la pérdida de Korhal podría instigar a las otras colonias a
rebelarse, decidieron retomar el planeta a través de medios más sutiles.
Los Confederados enviaron a tres de sus más temibles asesinos, conocidos como Fantasmas,
para que eliminaran a Mengsk y a sus seguidores en Korhal. El cuerpo decapitado del senador,
junto con los de su mujer e hija, aparecieron a la mañana siguiente en la balconada privada de
su torre-fortaleza. La cabeza de Mengsk jamás fue encontrada. Aunque el asesinato influyó
enormemente en el debilitamiento de la revuelta de Korhal, también avivó el fuego que
acabaría fraguando al mayor enemigo al que se enfrentaría la Confederación.
A ArcturusMengsk, un reconocido prospector de la Confederación y un hombre de negocios, no
le sentaron muy bien las noticias de la muerte de su familia. Como prospector de la
Confederación durante años, Arcturus sabía que esta era capaz de todo con tal de conseguir
sus objetivos. Aunque no solía interesarse por la política del Sector, se asustó y en cierta forma
se sintió avergonzado por las acciones de su padre en Korhal. Sin embargo, él nunca pensó
que su familia sería asesinada sólo para demostrar algo. Sus muertes rasgaron algo en el
interior del joven Arcturus, que lo llevó a rechazar su prometedor futuro y a seguir el solitario
camino de la venganza.
Reuniendo a los distintos grupos de militantes que habían seguido a su padre contra la
Confederación, Arcturus consiguió un ejercito bastante grande, aunque algo mísero. Los
seguidores de Mengsk atacaron valientemente varias bases e instalaciones, que le costaron a
la Confederación billones de créditos en hombres, maquinaria y equipo. Tras los rumores de
una alianza secreta entre el grupo de Mengsk y el Protectorado de Umojan, el gobierno
Confederado decidió acabar de una vez y por todas con este problema, y desde la lejana
capital Confederada de Tarsonis, fue disparada una salva de 1000 misiles nucleares de clase
Apocalipsis contra el planeta Korhal. Durante este salvaje ataque murieron unos 4 millones de
personas, y en un instante, la prospera colonia de Korhal quedo convertida en una esfera
super-caliente de cristal oscurecido de se agitados fantasmas.
La noticia del holocausto sorprendió a Mengsk en una base secreta situada dentro de las
fronteras del Protectorado de Umojan. Tras perderlo todo, salvo la venganza, Arcturus y
aquellos que estaban reunidos con él en ese triste día, juraron solemnemente destruir a la
Confederación como fuera.
Tras tomar el nombre de los Hijos de Korhal, Arcturus y su grupo de voluntarios renegados
pronto se hicieron famosos como los fugitivos más buscados del Sector. Luchando silenciosa y
rápidamente, los Hijos de Korhal consiguieron innumerables victorias sobre la Confederación.
Pero por cada victoria ganada en nombre de la justicia, Arcturus era invariablemente
presentado como un loco y un terrorista por todos los medios de comunicación controlados por
la Confederación, y la mayoría de las colonias se negaron a alojar u ofrecer sus servicios a
nadie relacionado con ese grupo ilegal. Sin embargo, a pesar de las casi insuperables barreras
y de la escandalosa opinión publica recibida, Mengsk jamás se rindió en su lucha contra los
Confederados. Los Hijos de Korhal siguieron desconcertando a las agencias de aplicación de la
ley en su continua misión de liberar el Sector.
La primera guerra entre razas. Los diversos poderes de la colonia y las milicias de piratas
siguieron luchando contra las fuerzas Confederadas. Aunque muchos de estos grupos solían
discutir entre ellos, en general, la presencia Terran dentro del Sector Koprulu seguía
reforzándose y expandiéndose. Pero estas insignificantes peleas acabaron pronto al verse
inmersa las colonias Terran en una lucha de épicas proporciones.
Sin previo aviso, una flota de 50 naves de guerra alienígenas descendió de los cielos sobre la
colonia remota Confederada Chau Sara. Las enormes naves abrieron fuego contra las
ignorantes colonias y no cesaron hasta aniquilar todos los emplazamientos habitados del
planeta. Este ataque sin precedentes tomó a las fuerzas Confederadas por sorpresa, llevando
a las asustadas flotas Terran a huir a la desbandada. Aunque los Terran del Sector Koprulu
jamás se habían encontrado con especies alienígenas de ningún tipo, corrieron para
defenderse de sus nuevos y misteriosos enemigos.
La Confederación lanzó un torpe contraataque contra la flota alienígena en su viaje hacia el
segundo planeta Terran de Mar Sara. La flota alienígena, identificándose como los Protoss,
retiró misteriosamente sus fuerzas y dejo la colonia. Al poco tiempo una segunda y aterradora
presencia alienígena fue descubierta a las afueras de Mar Sara. Estos nuevos invasores, que
parecían insectos, eran muy diferentes a los Protoss que habían atacado la colonia hacía poco
tiempo. Ninguna agencia Terran podría soportar la molesta presencia no de una, sino de dos
razas alienígenas extrañas dentro de sus colonias. Asolados por un terror paranoide colectivo y
sobrecargados por sus propias luchas internas, las indefensas facciones Terran tan solo podían
ver como una marea siempre en aumento de invasores alienígenas se habría camino hasta el
corazón mismo del Sector Koprulu, asolado por la guerra.
Historia de los Protoss(Esta historia es previa al juego original).
Los Xel'Naga y Los Primeros Nacidos. Aunque solamente quedan pequeños fragmentos de
documentación, los antiguos textos Protoss hablan de una raza muy avanzada que gobernó en
miles de mundos de la galaxia hace decenas de millones de años. Se rumoreaba que esta
enigmática raza, frecuentemente llamada los Xel'Naga o "viajeros de la lejanía" habían
sembrado y cultivado miles de especies diferentes en los fríos y estériles mundos dentro de su
dominio. Las tradiciones Protoss mantienen que los Xel'Naga eran una raza pacífica y
benevolente totalmente dedicada al estudio y la propagación de la evolución sensible dentro
del universo. No se sabe nada del origen de los Xel'Naga salvo que no eran nativos de la
galaxia que dominaban. Obsesionados con conseguir la forma de vida perfecta, los Xel'Naga
se esforzaron en crear una criatura que estuviera definida por una marcada "pureza de forma".
Durante miles años dirigieron los delicados procesos evolutivos de sus especies en ciernes. A
pesar de que sus prolongados experimentos produjeron muchas desviaciones y mutaciones
intrigantes, las razas que los Xel´Naga cultivaban nunca satisfacían sus gigantescas
esperanzas. Al final desesperados, los Xel'Naga concentraron sus esfuerzos frustrados en el
mundo más prometedor de todos los que habían construido. Aiur, un enorme mundo jungla en
el extremo de la galaxia, en el que había nacido una raza de seres muy avanzados. Estos
seres eran increíblemente adaptables a condiciones naturales y climáticas duras. Su fuerza y
su velocidad no tenían igual entre las razas que los Xel'Naga conocían. La raza había
desarrollado una sociedad tribal rudimentaria basada en la caza en grupo y reglas de
guerreros. No obstante, su aspecto más característico era que se comunicaban unos con otros
a través de un modo muy complejo de telepatía instintiva que les permitía trabajar en
comunidad con gran eficacia. Los Xel'Naga estaban contentos con los avances de su ultima
creación y reconocieron que la nueva raza era el primero de todos sus experimentos en
evolucionar más allá de las restricciones salvajes de las formas de vida más básicas. Para
distinguir su ascensión en el orden galáctico, los Xel'Naga dieron a la nueva raza el nombre de
Protoss o "Los Primeros Nacidos".
Los primeros Protoss vivieron en armonía, recluidos en el mundo de Aiur durante cientos de
generaciones sin conocer nunca de la existencia de sus creadores Xel'Naga que les
observaban desde lejos. Aunque los Protoss eran la especie más avanzada que surgió, los
Xel'Naga todavía no estaban satisfechos con sus lentos avances y decidieron que era
adecuado llevar la evolución de los Protoss más allá. Los Xel'Naga emplearon otro milenio más
guiando sutilmente los pasos de sus hijos, hasta que al final tuvieron éxito llevando a los
Protoss a un estado de sensibilidad y conciencia totales. Los Primeros Nacidos gradualmente
se convirtieron en seres altamente intelectuales e introspectivos, consiguiendo niveles muy
altos, no sólo en sus avances culturales, sino también en los avances personales e
individuales. Exultantes con su éxito, los Xel'Naga finalmente se dieron a conocer a los Protoss
sin sospechar en el caos que estaba por llegar.
La Partida y El Eón del Conflicto. La civilización Protoss se extendió por la faz de Aiur en tan
solo unos miles de años, terminando con las tribus rivales acatando un gobierno centralizado.
En un intento de discernir la extensión de la evolución de su creación, los Xel'Naga habían
bajado de los cielos e integrado en la cultura Protoss. La llegada de los Xel'Naga parece que
unió más a las tribus desperdigadas, ya que los Protoss, extremadamente contentos, buscaban
en sus ancianos creadores nuevas verdades e ideas. Los Xel'Naga se maravillaban por la
disposición de los Protoss de sondear los misterios del universo que los rodeaba. Los Protoss
abrigaban una sed insaciable de conocimientos que los llevó a desarrollar tendencias radicales
y progresivas de estudio científico y meta-neural. A medida que crecían su entendimiento y su
conciencia personal, los Protoss se hicieron excesivamente orgullosos y empezaron a dar
mayor valor a los logros individuales que al avance comunitario. Las tribus con más éxito
empezaron a aislarse unas de otras, cada una buscando definir sus propios roles, no sólo
dentro de su sociedad inmediata, sino también en el universo más amplio. A medida que las
tribus se separaban más y más, los Xel'Naga se tabaleaban de frustración. Especulaban si no
habrían presionado demasiado la evolución de los Protoss y con ello echado a perder la pureza
de su creación. Muchos Xel'Naga creían que los Protoss habían perdido uno de sus puntos
fuertes ya que los egos individuales habían superado a la primitiva unión comunitaria.
Las Tribus, movidas por búsquedas individualistas, hicieron resurgir sus propios principios y
ritos ancestrales para separarse aún más de sus hermanos. Olvidando el tiempo en el que sólo
había temor y reverencia ante sus creadores, empezaron a crecer sospechas entre las Tribus
sobre el interés de los Xel'Naga en sus asuntos. A medida que pasaban los meses en Aiur, los
Protoss empezaron a sentirse más retraídos con sus profesores Xel'Naga ya que en cada Tribu
corrían rumores salvajes e infundados sobre la supuesta traición de sus creadores. Intentando
separarse completamente del resto de su raza, las Tribus empezaron a perder la conexión con
su unión psíquica primitiva. La ruptura de la empatía inherente de los unos con los otros de los
Protoss, fue la causante de la disolución de los últimos restos de unidad y hermandad entre
ellos. La separación de la unión psíquica también fue el mayor signo para los Xel'Naga de que
los Protoss trágicamente habían perdido el elemento más fundamental de su grandeza.
Convencidos de que habían cometido un grave error presionando su "creación fallida" a
demasiada velocidad, los Xel'Naga decidieron abandonar Aiur para siempre. Los recelosos
Protoss al oír de la partida de sus creadores, reaccionaron con un ataque precipitado y violento
contra las naves mundo de los Xel'Naga. Cientos de Xel'Naga resultaron muertos a manos de
los furiosos Protoss, los mismos que hace tan sólo unas décadas los habían adorado como
dioses. Los Xel'Naga repelieron el temerario ataque de los Protoss y con tristeza lanzaron la
mayoría de sus naves enormes al vacío sin caminos más allá de Aiur. Las Tribus Protoss que
se habían quedado confusas y abandonadas desde la partida, se volvieron unas contra otras
en desesperación. Lo que siguió ha sido relatado como la guerra más sangrienta y violenta que
haya tenido lugar en la historia galáctica: El Eón del Conflicto. Las furiosas batallas libradas
durante el Eón del Conflicto duraron innumerables generaciones de Protoss, todas ellas
dedicadas a perpetuar la culpa de su abandono. A pesar de que no quedan muchos
documentos de este "período perdido" de la historia Protoss, está claro que Los Primeros
Nacidos se convirtieron en legiones frenéticas de asesinos despiadados.
Movidos durante siglos de odio irreflexivo contra sus hermanos, generaciones enteras de
Protoss vivieron y murieron sin incluso conocer los legado de su pasado o la unión psíquica
primitiva que sus antepasados una vez compartieron. Según cuenta la leyenda, incluso las
mayores masas de tierra de Aiur fueron devastadas en la lucha épica entre las Tribus
enloquecidas. Parecía que la totalidad de la, una vez gloriosa, cultura Protoss estaba al borde
de la completa desaparición.
Khala: El Camino de la Ascensión. Aunque hubo muchos factores diferentes que llevaron al
final del Eón del Conflicto, se cita un descubrimiento sin precedentes como la causa de los
cambios radicales de la Segunda Edad. Mientras las enemistades morales seguían cobrándose
víctimas en otra generación más de guerreros Protoss, un místico excéntrico tuvo una idea
fundamental. El Místico, cuyo nombre verdadero ha quedado olvidado en los anales de la
historia al final recibió el nombre de Khas o "el que trae el orden". Khas, habiendo estudiado las
enseñanzas arcaicas prohibidas de los Xel'Naga, desenterró unos antiguos artefactos
monolíticos conocidos como Cristales Khaydarin. Los cristales, olvidados por los apresurados
Xel'Naga, eran fundamentales para facilitar sus experimentos protogénicos. Khas fue capaz de
canalizar las energías primitivas de los Cristales a través de él mismo, permitiéndole el acceso
a la unión psíquica primordial de su raza. Por primera vez en miles de años se tocó la fibra
sensible primitiva de los Protoss. Khas, inundado por las emociones que emanaban de cada
uno de los miembros de su raza, supo que los Protoss no habían perdido su unión primitiva,
simplemente habían olvidado como sintonizarse con ella.
Horrorizado por las emociones bélicas que habían estado destruyendo su raza durante
incontables siglos, Khas empezó a buscar una forma de curar los dolores abrazadores de su
gente. Reunió a muchos Protoss jóvenes y enseño a la nueva generación de guerreros como
tener acceso a su unión psíquica latente. Estos jóvenes, de repente libres para distanciarse del
horrendo conflicto que les rodeaba, pudieron ver claramente que la lucha de su raza era un
disparate. Creían que los Xel'Naga habían hecho lo correcto abandonándolos y que, debido a
que la esencia racial había sido corrompida por el surgimiento del ego, eran, sin duda, una
creación fallida. No obstante, mantenían que como su fallo inherente no era culpa suya, el
conflicto interno de los Protoss y el tumulto racial no tenía base y estaba hueco. Khas
desarrolló un sistema racial de progresión psíquica con la esperanza de disciplinar a la nueva
generación y evitar que repitieran los trágicos errores de las generaciones pasadas. Siguiendo
las teorías de Khas sobre la "corrupción de la esencia" de los Protoss, el Khala o Camino de
Ascensión pidió a los Protoss que olvidaran sus propios caprichos y se esforzaran por reunificar
a su raza comunitaria, una vez tan poderosa. La mayor esperanza de Khas era que el Khala
instilase un nuevo sentido de esencia y vitalidad en la raza Protoss. Poco a poco, muchos
Protoss dejaron sus antiquísimas enemistades y se reunieron a las crecientes legiones de
Khalai. Esto marcó el verdadero punto de inflexión del Eón del Conflicto y llevo a la fundación
de la Segunda Edad. A medida que las terribles guerras iban disminuyendo y las Tribus otra
vez empezaron a curarse y unirse, la premisa del Khala empezó a calar incluso en las raíces
más profundas y fundamentales de la nueva sociedad Protoss.
Dae'Uhl: La Administración. El Khala, principalmente significó definir un sistema rígido de
comportamiento, así como también produjo el cambio de una sociedad Tribal a un sistema de
Castas. Todos los miembros de las Tribus Protoss fueron divididos en tres nuevas castas: los
Judicatores, los Khalai y los Templarios. Este cambio funcionó para eliminar los últimos restos
de viejas hostilidades entre las Tribus y reforzar la resolución de los Protoss para comenzar de
nuevo.
La casta de los Judicatores estaba compuesta de ancianos y hombres de estado Protoss cuya
principal responsabilidad era gobernar a los Protoss con los dictados de la ley Khala. La
Asamblea de Judicatores estaba regida por un pequeño grupo de Ancianos conocido como "El
Cónclave".
La segunda casta, conocida como los Khalai, se componía de la mayoría de la sociedad
Protoss. La casta Khalai representaba a los industriales, científicos y trabajadores que
continuaban reconstruyendo sus tierras natales después de los duros conflictos del Eón de
Conflicto.
La tercera casta, llamada los Templarios, eran los guerreros sagrados y los defensores de Aiur,
quienes seguían las disciplinas del Khala para conseguir los elevados poderes psiónicos. Bajo
el nuevo liderazgo de El Cónclave y sus Administradores Judicatores, y armados con el celoso
poder de los Templarios, los Protoss pronto reconstruyeron su diezmado mundo de Aiur,
convirtiéndolo en un bullicioso paraíso. Con su creciente prosperidad, que les condujo a
redescubrir muchas de las ciencias y estudios que habían perdido. Los Protoss se aventuraron
a viajar por las estrellas y en el curso de unos pocos cientos de años, los Protoss conquistaron
cientos de mundos dentro de su rincón de la galaxia y extendieron los frutos de su gran
civilización a muchas de las razas más avanzadas que encontraron. Con todo esto, los Protoss,
sin proponérselo, tuvieron éxito al reclamar un octavo de los mundos que antes habían
presidido los Xel'Naga.
De acuerdo con los estrictos códigos del Khala, los Protoss asumieron la carga del Dae'Uhl o la
Gran Administración. Siguiendo las antiguas tradiciones de los Xel'Naga, el Dae'Uhl exigía que
los Protoss protegieran y salvaguardaran a las razas inferiores que vivían a su sombra. No
obstante, a diferencia de sus predecesores, los Protoss se negaron a manipular o interferir en
los procesos evolutivos de las razas inferiores bajo su protección. Siempre atentos contra
amenazas xenomórficas, los Protoss observaban de cerca a sus pupilos que no sospechaban
nada. Pero, igual que los Xel'Naga muchos milenios antes, los Protoss mantuvieron su
presencia oculta a las razas inferiores que tenían a su cuidado. Muchos cientos de especies
crecieron y prosperaron en los diferentes mundos de su espacio, sin saber nunca que estaban
secretamente vigilados desde las alturas.
Los Templarios Tétricos. A pesar de que su nueva civilización ilustrada crecía y prosperaba, el
Cónclave Protoss mantenía un oscuro y vergonzoso secreto oculto a las masas. Había unas
cuantas Tribus disidentes que se negaban a aceptar el Khala, creyendo que sus identidades
individuales desaparecerían para promover aun más la regla de los Judicatores. Las Tribus
Rogue no eran hostiles o militantes, pero creían que la agenda comunitaria de El Cónclave
sería la condena final de su raza. Por tanto, el conocimiento de las Tribus Rogue era mantenido
en secreto, ya que el Cónclave creía que su aberrante influencia podría extenderse por toda la
sociedad Protoss y destruir todo lo que Khas había conseguido.
Convencido de que las Tribus Rogue constituían una amenaza palpable para el nuevo orden, el
Cónclave ordenó a las fuerzas de Templarios que erradicaran a los disidentes. Los Templarios,
dirigidos por un joven guerrero llamado Adun, no podían resignarse a acabar con sus
desobedientes hermanos. En su lugar, el idealísticoAdun intentó ocultar las Tribus Rogue de la
vista de El Cónclave. Adun creía que podría convencer a los Rogues de la verdad del Khala
enseñándoles a manipular sus propios poderes psiónicos latentes. A pesar de que sus poderes
eran iguales a los de los poderosos Templarios, los Rogues siguieron negándose a someter
sus libres y apasionados espíritus al Khala. Sin la disciplina del Camino de Ascensión, los
poderes de los Rogues aumentaron vertiginosamente hasta quedar fuera de control y liberaron
horribles y devastadoras tormentas a través de los campos de Aiur.
El Cónclave, sorprendido porque los Templarios no hubieran destruido a las Tribus Rogue,
intentó salvar la situación desesperada. Si el Cónclave castigaba a Adun y los Templarios por
su insubordinación sería forzado a reconocer públicamente la existencia de los Rogues. De
esta forma, El Cónclave decidió desterrar para siempre de Aiur a las Tribus desobedientes. Los
Templarios a las ordenes de Adun tuvieron que jurar silencio mientras los Rogues eran
cargados en una antigua, pero funcional, nave Xel'Naga y lanzados al vacío espacial. Desde
entonces la Tribus Rogues son conocidas como los Templarios Tétricos.
Con el tiempo, la leyenda de los Templarios Tétricos se extendió por la faz de Aiur, estimulando
las imaginaciones de muchos Protoss jóvenes. Para mostrar su desdeño hacia El Cónclave y
sus lacayos Judicatores, los Templarios Tétricos se cortaron ceremoniosamente sus apéndices
nerviosos, separándose para siempre de la unión comunitaria básica que comparten todos los
Protoss. Por todas partes se rumoreaba que como los Cazadores de Sombras estaban
separados de la fibra sensible de su raza, estaban forzados a extraer sus energías psiónicas
del oscuro y frío vacío del espacio. Este cuento, sobre todos los demás, funcionó para
incriminar a los guerreros vagabundos durante todo el tiempo, cazados y temidos por sus
propios hermanos, los Templarios Tétricos llevaban una existencia solitaria dentro de sus
naves estelares. Viajando por todo el frío vacío del espacio pero nunca dejaron de amar a Aiur
y, de esta forma, trabajaron para salvaguardar su mundo natal de cualquier forma que
secretamente pudieran.
La Humanidad y la llegada de los Zerg. Los Protoss fueron testigos silenciosos de la portentosa
llegada de la Humanidad a su borde del espacio. Aunque los Protoss no estaban seguros del
origen vagabundo de los Terran, sabían que esos volátiles humanos de vida corta serían
interesantes de estudiar. Pasaron dos siglos en los que los Protoss observaron a los
colonizadores Terran en ciernes, que tuvieron éxito creando colonias rudimentarias en una
docena de mundos dentro de los límites de los Protoss. Aunque su tecnología era inferior a la
de los Protoss, se adaptaron a los mundos en los que vivían y prosperaban. Los Protoss
encontraban a los Terran fascinantes porque luchaban constantemente los unos con los otros,
y aun así florecían y progresaban en sus tecnologías e industrias a pasos agigantados.
Los Protoss estaban alarmados por la velocidad a la que los Terran acababan con los recursos
naturales de sus diferentes mundos. A los ojos de los Protoss parecía que los Terran no tenían
respeto por el delicado equilibrio de la naturaleza mientras que corrían imprudentemente de un
mundo al siguiente, dejando, en su partida, nada más que descampados estériles. Ordenados
por los estrictos dictadores del Dae'Uhl, los Protoss tenían prohibido interferir directamente en
los imprudentes Terran por mucho que desearan hacerlo. Esta relación inconexa entre las dos
razas duró muchos años. Pero en una misión rutinaria de exploración Protoss, se encontraron
pruebas que marcaron una cierta perdición para los desventurados Terran. El Alto Templario
Tassadar, acompañado por su famosa fuerza expedicionaria templaria, encontró una cantidad
de pequeñas construcciones biológicas flotando cerca de los límites del espacio Protoss.
Después de una inspección más de cerca, Tassadar dedujo que los organismos alienígenas
indescriptibles eran en realidad sondas de espacio profundo. Aunque Tassadar no podía
averiguar su punto de origen, estaba claro que se estaban dirigiendo al Sector Koprulu de las
colonias Terran.
Tassadar llevó de vuelta las sondas vivientes a Aiur para su inmediato estudio. Los extraños
alienígenas no se parecían a nada de lo que habían visto los Protoss hasta entonces. Las
respectivas psicologías de las sondas estaban creadas para el viaje y reconocimiento a través
del espacio profundo. En un intento por discernir su procedencia, los Protoss enfocaron las
energías de los Cristales Khaydarin a través de las minúsculas mentes de las sondas. Los
Protoss no se lo podían creer cuando descubrieron que las sondas alienígenas respondían
rápida y naturalmente a las potentes energías de los Cristales. Su sorpresa se vio aumentada
por el hecho de que sólo las criaturas nacidas de la protogenética de los Xel'Naga podían
procesar adecuadamente las energías de los grandes Cristales. Más alarmante era la vaga
corriente de pensamiento que se repetía una y otra vez en los cerebros minúsculos de las
sondas: "encontrar Humanidad"... "erradicar"... "aprender"... "evolucionar"...
Los Protossespecularon que las sondas eran los precursores de una gran y nueva amenaza a
su sección de la galaxia. Si las criaturas estaban creadas con tecnologías Xel'Naga, serían muy
avanzadas y extremadamente poderosas. Para los Protoss estaba claro que esta nueva raza
constituía un peligro palpable para todos los seres vivientes y que, estuviera donde estuviera, el
grueso de la raza todavía debía estar buscando a los confiados colonizadores Terran.
Los Protoss empezaron a enviar exploradores avanzados para buscar en las rutas espaciales
circundantes cualquier signo de invasores alienígenas. Tassadar reivindicó que bajo los
dictados de Dae'Uhl, era la responsabilidad elegida de los Protoss proteger a las razas bajo su
observación. No obstante El Cónclave discutía que si la "inútil" raza de los Terran ya había sido
infestada por alguna amenaza nueva deberían ser quemados y erradicados. Comenzó un gran
debate entre los Judicatores y los Templarios sobre como deberían implicarse en el inminente
aprieto de los Terran. En lo único en lo que estaban de acuerdo las dos castas era en que las
criaturas estaban indudablemente creadas con las ciencias Xel'Naga. Y si era cierto que
estaban creadas por los Ancianos sería mejor que los Protoss estuvieran en guardia. Se acordó
enviar a Tassadar y su fuerza expedicionaria a controlar los mundos Terran, intentando
discernir la severidad del peligro inminente. Para ello, Tassadar dirigió a su nave de mando, el
Gantrithor, y a casi un centenar de otras enormes naves de guerra al sector Terran de Koprulu.
El Principio del Fin. A la llegada al sector Terran, los exploradores de Tassadar encontraron
evidencias de que la misteriosa amenaza alienígena había empezado a causar bajas en las
colonias Terran. En una inspección más cercana, Tassadar encontró que la colonia limítrofe de
Chau Sara estaba infestada por organismos alienígenas. La superficie entera de la colonia
estaba cubierta por una sustancia tóxica espesa que erosionaba sin pasar la corteza del
planeta. Para empeorar las cosas, los alienígenas mismos habían infestado o matado a la
mayoría de los colonos humanos. Tassadar, horrorizado por la devastación, sólo podía
preguntar por qué los Terran no se habían apresurado a ayudar a su mundo asediado.
El Cónclave, al oír de la suerte de la colonia ordenó inmediatamente a Tassadar que quemara
el planeta entero para acabar con la infestación. Sabiendo que el fuego erradicaría toda la vida
del planeta, Tassadar, lleno de tristeza, obedeció a sus maestros. Las pesadas naves de
guerra Protoss cargaron sus armas y abrieron fuego sobre la confiada colonia. Esta costosa
táctica tuvo éxito, destruyendo la infestación alienígena, pero todavía había algunos mundos
cercanos que, sin duda, también estaban infestados. Tassadar fue ordenando quemar esos
mundos y cualquier otro emplazamiento Terran que tuviera la mínima posibilidad de infestación.
Trasladando su flota a la segunda colonia infestada de Mar Sara, Tassadar empezó a dudar de
la moralidad de sus órdenes. Los guerreros Terran, cogidos totalmente por sorpresa por el
ataque inicial de los Protoss sobre Chau Sara, lanzaron una flota de naves estelares para
interceptar a la flota de Tassadar. La flota Terran se preparó para defender la colonia de los
Protoss justo cuando Tassadar ordenaba a sus naves que se apartaran y retiraran. Tassadar,
luchando contra sus dudas interiores, no podía destruir Mar Sara o la flota que había venido a
protegerla. Buscó una forma de derrotar a los alienígenas sin eliminar arbitrariamente a la
Humanidad en el proceso. De esta forma, Tassadar se negó a cumplir las órdenes genocidas
de sus Maestros y permaneció con su flota fuera del alcance de los sensores Terran,
esperando y observando mientras la presencia alienígena seguía.
Historia de los Zerg (Esta historia es previa al juego original).
El Gran Experimento. Decididos a perfeccionar sus conocimientos científicos sobre la evolución
protogenética, la antigua y enigmática raza conocida como los "Xel'Naga" viajó al distante
mundo limítrofe de Aiur. Las enormes junglas de Aiur habían producido la raza más avanzada
conocida por los Xel'Naga. Creyendo que podrían dirigir la evolución de esa raza hasta la
cumbre de la perfección física, los Xel'Naga empezaron con sus experimentos protogenéticos.
La raza que los Xel'Naga acabaría llamando "Protoss" evolucionó rápidamente y disfrutaba de
lo que sus creadores llamaron "pureza de forma".
Desgraciadamente, los Xel'Naga llevaron demasiado lejos sus experimentos. La inherente
esencia y la capacidad sintiente de los Protoss se desarrolló con demasiada rapidez,
produciéndose una amarga disensión y burla entre ellos y sus creadores. Los Xel'Naga llegaron
a la conclusión de que la "pureza de forma" que ellos querían crear había sido contrariada por
un problema de esencia y de ahí que decretaran que los Protoss eran, en realidad, una
"creación fallida". Los Xel'Naga abandonaron a sus hijos enviándolos al vacío.
El nacimiento de los Zerg. Tras viajar miles de años luz por el interior del ardiente núcleo de la
galaxia, los Xel'Naga acabaron asentándose en el volátil mundo de cenizas de Zerus. Los
Xel'Naga decidieron continuar con su Gran Experimento evolutivo, sólo que esta vez ignoraron
sus dogmas en cuanto a la forma física y se centraron principalmente en la búsqueda de una
"pureza de esencia". Estacionados en sus enormes naves muy por encima de los fuegos de
Zerus, los Xel'Naga empezaron una vez más a desafiar las artimañas del destino.
Los Xel'Naga consiguieron más éxito con su segunda empresa de lo que ellos podrían haberse
imaginado, trabajando esta vez para acelerar la evolución de la forma de vida más
insignificante de Zerus, una raza de insectoides en miniatura conocida como los Zerg. Gracias
a las manipulaciones protogénicas de los Xel'Naga, los Zerg sobrevivieron a las continuas
tormentas de fuego de su mundo y evolucionaron. A pesar de ser extremadamente pequeños,
de su aspecto de orugas y de su incapacidad para manipular físicamente su entorno, los Zerg
se adaptaron y sobrevivieron. Los Zerg desarrollaron la habilidad de enterrarse en la carne de
las especies indígenas menos vulnerables de Zerus alimentándose de los nutrientes contenidos
dentro de los fluidos vitales uniéndose como parásitos. Cuando fueron capaces de controlar los
procesos metabólicos y anatómicos de sus anfitriones, los Zerg utilizaron sus nuevos cuerpos
para manipular el entorno.
A medida que los Zerg incorporaban a más y más criaturas anfitrionas en sus rebaños,
empezaron a asimilar sus diversos procesos y cepas genéticas. La química de los Zerg
empezó a mutar y a adaptarse al volumen del nuevo material genético que estaba siendo
procesado. Sin embargo, a pesar de la gran variedad de criaturas anfitrionas, existía siempre
un impulso innato a consumir solamente las especies más avanzadas evolutivamente con las
que se encontraban. Los Zerg eran innatamente selectivos en cuanto a que especies consumir
asegurándose en cada etapa del desarrollo que ellos estaban siempre en la parte superior de
la proverbial cadena alimenticia. Cualquier raza encontrada por los Zerg que no fuera
considerada como válida de asimilación fue erradicada para purificar aún más la raza.
Pero pronto los Xel'Naga descubrirían algo muy alarmante. Las razas originales asimiladas por
los Zerg apenas eran reconocibles después de sólo unas cuantos generaciones de su
ingestión. De alguna manera, los Zerg habían desarrollado la habilidad de sobrecargar y dirigir
los latentes procesos evolutivos existentes dentro de sus criaturas anfitrionas. Las criaturas
anfitrionas sufrieron los efectos de grandes mutaciones físicas que hicieron que a todas las
especies Zerg les crecieran púas perforadoras de blindaje, miembros afilados como cuchillas y
caparazones ultra densos. Tras un sorprendente corto espacio de tiempo, las especies
evolucionaron hasta parecer una sola raza terriblemente voraz.
La Supermente. Los Xel'Naga, recordando demasiado bien que sus fallos con los Protoss
fueron el resultado de accionar con demasiada rapidez la capacidad sintiente de las especies
en desarrollo, decidieron seguir otro camino con los florecientes Zerg. En su intento por evitar
los peligros potenciales de diferentes egos, los Xel'Naga estructuraron el sentir colectivo de los
Zerg dentro de una "Supermente" unificada. La Supermente se convirtió en un ser semi-
sentiente que representaba los instintos e impulsos primarios de todas las cepas Zerg. Con el
tiempo, la Supermente desarrolló los rudimentos de personalidad de un intelecto avanzado.
Aunque la Supermente dirigía las acciones de todas las criaturas de la colmena, lo hacia a
través del uso de agentes secundarios. La Supermente creó una nueva raza Zerg para
facilitarles la comunicación directa con sus creaciones. Estos ZergCerebrados eran grandes
versiones de los insectoides originales Zerg y fueron diseñados para procesar y ejecutar las
distintas funciones de la Supermente. Cada Cerebrado tenía un único objetivo, como por
ejemplo defender la colmena, buscar cepas potenciales, producir más guerreros o erradicar
toda forma de vida. A los Cerebrados se les dio entonces la posibilidad de construir sus propios
enjambres de colmenas y llevar a cabo sus supuestas agendas. Con el tiempo, estas
desarrollaron personalidades que correspondían a sus impulsos primarios. Sin embargo, los
Cerebrados seguían siendo genéticamente incapaces de neutralizar o ignorar las órdenes de la
Supermente.
La cadena Zerg de mando se extendió a medida que nuevas razas eran incorporadas al
enjambre. Los Cerebrados a su vez, empezaron a utilizar agentes secundarios a los que
encargarles sus tareas. En cuanto a defensa y productividad de la Colmena, los Cerebrados
utilizaron a las Reinas para asegurar aún más su control sobre los enjambres. Las Reinas
supervisaban las actividades de los Zánganos a lo largo de las cadenas de recursos de la
Colmena. En tiempos de guerra, los Cerebrados utilizaban a los Superamos para que
transmitieran directamente sus órdenes a los múltiples guerreros del enjambre. La Supermente
no solo dirigía a los guerreros Zerg a la guerra sino que además planeaba sus ataques contra
sus enemigos. Al igual que los Cerebrados seguían a la Supermente, las Reinas y los
Superamos eran incapaces de desobedecer las órdenes de sus Cerebrados. Este rígido
sistema de mando llevó a los enjambres a una eficacia máxima y salvaje.
Como los enjambres seguían creciendo y fortaleciéndose, la Supermente empezó a pensar en
su propio futuro, y se dio cuenta que en pocos siglos su raza había conseguido asimilar toda
forma de vida indígena de Zerus. La Supermente supo entonces que para poder seguir
desarrollando el enjambre, los Zerg deberían salir de Zerus. Y así fue como empezó a explorar
el espacio exterior con sus sentidos en busca de algo, de cualquier cosa que les permitiera salir
de este mundo. Y esa oportunidad llegó pronto. Una forma de vida viajera del espacio pasó por
el sistema Zerus, y la Supermente la invocó.
Atraída al desolado mundo por una baliza fue rápidamente asimilada por el enjambre. La
existencia de colmenas súper densas y la capacidad de existir en el vacío reforzó la reserva
genética del enjambre. Pronto los guerreros Zerg estuvieron en condiciones de sobrevivir en el
espacio. De este importante momento en el desarrollo de los Zerg fueron testigos los Xel'Naga.
Los Zerg, a pesar de su pobre aspecto físico, habían conseguido no sólo sobrevivir sino retener
la pureza de sus terribles esencias. Los Xel'Naga supieron entonces que habían logrado su
objetivo.
La caída de los Xel'Naga. El orgullo de los Xel'Naga por sus logros acabó siendo su perdición.
La Supermente, mientras se expandía lentamente por el vacío del espacio, tomó conciencia de
las enormes naves mundo que se cernían amenazadoramente por los cielos de Zerus. Los
Xel'Naga, a pesar de mantener a la Supermente estrechamente vigilada se quedaron
horrorizados al descubrir que esta ya había roto sus enlaces psíquicos, escondiéndose
efectivamente de su vista. Su necesidad de consumir y de alimentar sus crías, llevó a la
Supermente a lanzar sus enjambres Zerg especiales contra los desprevenidos Xel'Naga. La
antigua raza hizo todo lo que pudo por cambiar el curso del continuo ataque de los Zerg pero al
final todos sus esfuerzos fueron en vano. Oleada tras oleada de enjambres Zerg martillearon
los cascos de las naves Xel'Naga hasta que estos empezaron a debilitarse. Y en sólo unas
cuantas horas más, los Zerg habían destruido las defensas de sus creadores y habían
aniquilado a la flota Xel'Naga.
Como gran parte de la raza Xel'Naga fue consumida por el violento torbellino genético de los
Zerg, la Supermente conoció los haberes y percepciones de sus maestros. La Supermente
procesó a miles de seres sintientes dentro de sí haciéndose mucho más poderosa de lo que
jamás se habría imaginado. Además, descubrió el secreto de los sagrados Cristales Khaydarin,
y empezó a incorporar las energías de estos cristales en sí misma. A través del profundo
conocimiento de la evolución y de la fisiología protogenética conseguido a través de los
Xel'Naga, la Supermente decidió incrementar el nivel sentiente en muchas de las cepas
superiores de Zerg, aunque siguieran estando bajo su control.
Diseccionando las memorias de los Xel'Naga, la Supermente conoció las múltiples razas que
en uno u otro momento habían entrado en contacto con esta antigua raza. Los Xel'Naga
poseían una detallada historia genética de cada raza, ofreciendo a la Supermente un claro
conocimiento de sus respectivas fuerzas y debilidades. Y lo que es más importante, la
Supermente supo de una raza extremadamente poderosa que vivía cerca del borde de la
galaxia, conocida simplemente como los Protoss. La Supermente sabía que los Protoss y Zerg
acabarían participando en un inevitable y apocalíptico conflicto.
El Determinante. Los Zerg abandonaron el ardiente y estéril mundo de Zerus y sembraron el
terror y la ruina en todos los planetas por los que pasaron, en su largo camino hacia el mundo
de los Protoss. A medida que avanzaban lentamente por la vacía oscuridad y entre las
estrellas, los Zerg tan sólo asimilaron a las razas más fuertes con las que se encontraron. El
enjambre siguió creciendo, aumentando de tamaño y de potencia. Durante su avance, la
Supermente enviaba sondas de espacio profundo que exploraban por delante del enjambre,
buscando nuevos mundos a saquear.
A pesar de sus innumerables victorias, la Supermente estaba muy molesta porque sabía que
los Protoss se habían convertido en una raza casi psiónica, capaz de desolar y distorsionar el
mismo tejido de la realidad a su antojo. Y aunque buscó una forma de contraatacar el enorme
poder de los Protoss, no encontró ninguna respuesta entre las cepas genéticas que devoraba.
Al borde de la desesperación, la Supermente hizo un increíble descubrimiento. Una de sus
sondas de espacio profundo había transmitido la posición y estadísticas vitales de una raza que
ocupaba una serie de mundos no descritos justo debajo de la sombra de los Protoss.
La nueva raza, llamada Humanidad, estaba a sólo unas pocas generaciones de convirtiese en
un poder psiónico radical. Pero la Supermente también sabía que la Humanidad seguía
estando en sus estadios infantiles con escasa capacidad hasta para defenderse a sí misma
contra sus voraces enjambres. Aunque fuera una especie de corta vida y de aspecto frágil, la
Supermente sabía que la Humanidad sería el determinante final de su victoria sobre los
Protoss. Si pudiera asimilar la potencia psiónica de la Humanidad, la Supermente podría luchar
contra los Protoss al mismo nivel.
Y así fue como los enjambres Zerg se pusieron lentamente en marcha hacia los florecientes
mundos de la Humanidad. El viaje duró 60 años, pero al final, el enorme y extendido enjambre
Zerg llegó a las fuerzas del Sector Koprulu de los Terran. A través de sus exploradores, la
Supermente descubrió que los humanos moraban en una docena de mundos diferentes dentro
del Sector. Sembrando la atmósfera del planeta llamado Chau Sara con las básicas colmenas
de esporas, la Supermente empezó a tramar su plan maestro que le permitiría esclavizar a la
Humanidad. Las esporas cayeron gradualmente a la superficie de Chau Sara y lo saturaron de
mortales toxinas alienígenas.
Aunque los colonos Humanos no tenían ni idea de que los Zerg habían infestado el suelo de su
mundo, los Zerg empezaron a descender en la superficie del planeta y a construir sus extrañas
estructuras y colmenas. Cuando la infestación de la colonia estaba muy avanzada, la
Supermente envió a sus voraces niños a los otros mundos cercanos. Insidiosos y escurridizos
en sus tareas, los agentes de la Supermente pronto habían plagado los mundos coloniales de
Chau Sara, Mar Sara, Brontes, y Dylar IV. Pero, desde el exterior del frío vacío del espacio
emergió una enorme flota de naves bélicas Protoss para luchar contra las invasoras fuerzas
Zerg. La Supermente, ansiosa por aprender el máximo posible de los enigmáticos Protoss,
permitió que estos detuvieran el plan de infestación inicial. Manteniendo a sus voraces
guerreros en la bahía, la Supermente observó cómo los Protoss arrasaban la colonia de Chau
Sara. No obstante, los Protoss eran conscientes de que las colmenas de esporas ya habían
arrasado el planeta, y para evitar más plagas quemaron todo el planeta.
Acción tan decisiva agradó a la Supermente, que estaba maravillada de ver cómo los Protoss lo
habían arrasado todo con tanto estilo y poder. Sabiendo que el conflicto venidero sería el
mayor desafío de su existencia, la Supermente retiró sus fuerzas para observar cómo
reaccionaban los Protoss, y la Humanidad.
Historia durante StarCraft
Artículo principal: StarCraft
Historia previa a StarCraft: BroodWar
Las cenizas de Aiur. Sólo han pasado unos días desde que el héroe Protoss, Tassadar, se
sacrificó para destruir a la vil SupermenteZerg. Como consecuencia de la apocalíptica
destrucción de la Supermente, el mundo Protoss de Aiur quedó devastado y estéril. Muchos de
los Zerg sin mente que sobrevivieron a la espantosa batalla empezaron a recorrer sin control
los campos calcinados de Aiur.
El Cónclave, que había gobernado las tribus Protoss durante miles de años, quedó destruido
junto con casi el 70% de la población de Aiur. Por ello, sólo quedó un puñado de héroes
Protoss para cuidar de los acosados supervivientes de su mundo. El JudicatorAldaris, el Pretor
Fénix, el Templario Tétrico Zeratul y su compañero Terran James Raynor se agruparon para
unir y liderar a los dispersos supervivientes. Pero los Zerg, lanzados a su barbarie genocida,
seguían matando a todos los Protoss que encontraban.
Aunque el destino había conspirado en su contra y habían perdido casi todo lo que querían, los
valientes héroes Protoss jamás perdieron la esperanza de que algún día llegaría su liberación.
El emperador y su dominio. Mientras la lucha titánica entre los Protoss y los Zerg llegaba a su
punto culminante en el planeta Aiur, ArcturusMengsk tomó medidas para consolidar su propio
poder dentro del recién creado Dominio Terran. Tras coronarse a sí mismo emperador del
Dominio, todas las colonias Terran dentro del Sector Koprulu quedaron unidas bajo un solo
gobierno soberano por primera vez. Con el general Edmund Duke de su lado, Mengsk no
encontró oposición por parte de ninguna de las principales milicias Terran del sector. Tras
haber reforzado los ejércitos del Dominio reclutando por la fuerza a los guerreros que
quedaban de la difunta Confederación Terran, Mengsk se dispuso a fortalecer los diversos
mundos que tenía a su cargo. Cuando concluyó la última batalla en Aiur y los Zerg se
esparcieron caóticamente por todo el sector, Mengsk se preguntó qué habría sido de su
antigua teniente, Sarah Kerrigan... la supuesta Reina de Espadas...

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Historia de los starcraft

  • 1. Historia de los Terran (Esta historia es previa al juego original). La caída de la civilización Occidental .Aunque la tecnología y la cultura mundial habían progresado mucho durante todo el siglo XX, esos avances resultaron incomparables frente al posterior desarrollo, casi temerario. Al final del siglo XXI, el ser humano había sido testigo de atrevidos caminos. Tecnologías radicalmente nuevas aparecían a increíbles velocidades, ofreciendo el acceso a ordenadores avanzados y bases de datos de información hasta los países más necesitados de La Tierra. El comunismo cayó en los países del este, en poco tiempo hubo cantidad de armas nucleares disponibles y la estructura de poder internacional, definida originalmente por la adquisición de capital y la superioridad militar, quedó destruida cuando los países del tercer mundo se levantaron para desafiar al poder militar de las superpotencias mundiales. Como las manipuladas ciencias de la cibernética, de la clonación y del encolado genético habían ido apareciendo paulatinamente en el foro público, grupos de militares humanistas y religiosos de línea dura se enfrentaron a las corporaciones de intereses privados que se beneficiaban de la experimentación entidos a telepatía avanzada. Estos dramáticos cambios en la reserva genética humana desataron una gran alarma entre las facciones humanistas principales. La tecnología siguió desarrollándose, y los índices de población aumentaron. Al final del siglo XXI había 6 billones de personas en la Tierra, y en sólo 300 años, la población había aumentado en 23 billones. La contaminación, la falta de recursos naturales y combustibles asequibles empeoraban aún más las cosas mientras los líderes mundiales buscaban la forma de detener el crecimiento de la población en sus respectivos países. El sentimiento popular era que el mundo se dirigía a una inevitable catástrofe porque la superpoblación y la alteración genética lo invadían todo. Mientras tanto, a medida que crecían las tensiones internacionales en cuanto al uso y capitalización de las mutaciones genéticas y cibernéticas, muchos sistemas económicos internacionales se replegaron sobre sí mismos y se cerraron. Se produjeron horribles actos de terrorismo entre el sector corporativo y las facciones humanistas, obligando a acciones de fuerza de la policía en todo el mundo. La irresponsable cobertura informativa de los medios de comunicación de estas atroces acciones policiales, extendieron el caos civil ya existente en muchos de los países más grandes. Finalmente la precaria balanza del poder mundial estalló en un pandemónium internacional. El Nuevo Orden. El 22 de noviembre del 2229, fue fundada la Liga de Poderes Unidos o el UPL (UnitedPowers League). El UPL iba a convertirse en la última reencarnación de la humanidad unida, que en su día habían representado las Naciones Unidas. Este Nuevo Orden consiguió regular y controlar casi el 93% de la población mundial a excepción de unos cuantos estados aislados de América del Sur. El UPL fue fundado en base al socialismo iluminado pero solía recurrir a duras y fascistas acciones para mantener el orden público. Tras ocho años de control, el UPL decidió poner en marcha una dura agenda que unificaría las diferentes culturas de la humanidad para siempre. Llevó mucho tiempo erradicar los últimos restos de separatismo racial y las Comisiones Unidas prohibieron muchas de las religiones más antiguas del mundo. El inglés fue declarado el idioma común del planeta, reemplazando éste a muchas viejas lenguas que posteriormente fueron prohibidas en sus países de origen. Aunque las religiones fueron vetadas oficialmente por el UPL, la organización tenía una creencia casi religiosa en la supuesta "divinidad del ser
  • 2. humano". Este dogma trajo consigo la inmediata eliminación de cualquier mutación o prótesis vital para conseguir una reserva de genes humanos de la máxima pureza. Los defensores y eruditos de la línea dura del UPL pensaban que la alteración genética, la cibertecnología y el uso de drogas psicoactivas llevaba a la degeneración de la especie humana. Los líderes del UPL desarrollaron un atrevido plan que aseguraría la supervivencia de una humanidad, limpia de la tentadora corrupción de las tecnologías radicales. La Gran Purificación. Como las sangrientas inquisiciones que devastaron Europa cientos de años atrás, el UPL puso en marcha uno de los planes más violentos jamás concebidos por la humanidad: el Proyecto Purificación. Esta cruzada genocida fue la solución final del gobierno a la cuestión de limpiar a la humanidad de sus facetas más degeneradas. Las tropas del UPL recorrieron todos los países de la tierra, derrotando a los disidentes, hackers, sintéticos, cibernéticamente mejorados, tecno-piratas y criminales de todo tipo. Esta clasificación a nivel mundial supuso la eliminación de casi 400 millones de personas. Los medios de comunicación en todo el mundo, ahora bajo el estricto control del UPL negaron la horrible violencia perpetrada y mantuvieron a la población de la Tierra ignorante de las atrocidades que se estaban cometiendo. A pesar de sus actos criminales, el UPL cosechó numerosos éxitos en muchas tecnologías básicas. Campos de investigación que habían permanecido dormidos durante décadas fueron reabiertos bajo el control del UPL. Los programas de exploración espacial de mediados del siglo XX, abandonados por los gobiernos de Estados Unidos y Rusia debido a la reducción drástica de sus presupuesto y al continuo sabotaje político, se convirtieron el la base de una nueva era de la exploración para la humanidad. La combinación de la hibernación criogénica con la tecnología warp (espacio-temporal) ofreció la posibilidad de viajar entre las estrellas. En sólo 40 años, el UPL fundó colonias en La Luna y en muchos otros planetas del Sistema Solar. Durante este período, un brillante y joven científico llamado Doran Routhe, decidió consolidar su poder dentro del UPL. No interesado en las vulgaridades del Proyecto Purificación, Routhe estaba obsesionado por fundar colonias en los mundos que se encontraban más allá del sector Terrestre. Routhe estaba convencido de que el descubrimiento de nuevos minerales y de fuentes de combustible alternativas lo convertiría en uno de los hombres más influyentes de La Tierra. A través de sus conexiones políticas y de su fortuna personal, Routhe consiguió que miles de prisioneros del UPL fueran utilizados como conejillos de indias para sus planes secretos. Los prisioneros, destinados a ser ejecutados en masa por edicto del Proyecto Purificación, fueron llevados a los laboratorios privados de Routhe. Routhe, que planeaba el envío de prisioneros como colonos de los mundos remotos, hizo que sus equipos científicos prepararan a unas 56.000 para la hibernación criogénica a largo plazo. Tras catalogar las diversas mutaciones y mejoras cibernéticas de los prisioneros, Routhe introdujo todos los datos en un revolucionario súper-ordenador. Este Sistema de Análisis Logístico Telepático Artificial conocido como ATLAS (Artificial Tele-empathicLogisticsAnalisysSystem), procesó toda esta información genética y fue capaz de predecir cuáles de los prisioneros podrían sobrevivir a la dura prueba a la que se deberían enfrentar. Sólo 40.000 de los prisioneros fueron considerados aptos para sobrevivir a las duras condiciones y esos 40.000 prisioneros fueron cargados en cuatro supertransportes automatizados de espacio profundo. Mientras los prisioneros estaban siendo preparados para su "frío sueño" criogénico, las naves fueron cargadas con suficientes suministros, alimentos y hardware para ayudarles cuando llegaran a sus destinos previstos. El ordenador de navegación fue programado entonces con las coordenadas del lejano planeta de Gantris VI. Todo parecía esta perfectamente preparado y ni siquiera Ruothe podía imaginarse que los prisioneros no eran lanzados a una muerte casi segura al cerco de la galaxia.
  • 3. Los exiliados y el Largo Sueño. El ATLAS fue instalado en el primero de los supertransportes, el Nagglfar. Los tres transportes -Argo, Sarengo y Reagan- fueron programados para seguir al Nagglfar cuando éste fuera lanzado al vacío espacio hacia Gantris VI. Previsto originalmente como un viaje de un año este plazo nunca se cumplió. En un momento del viaje los sistemas de navegación incorporados al ATLAS se apagaron borrando no sólo las coordenadas de Gantris VI sino también las de La Tierra. Las cuatro naves, con su indefensa carga "durmiente", viajaron ciegamente por el espacio a velocidades warp durante casi 30 años. Durante este viaje, que las futuras generaciones llamarían El Largo Sueño, el ATLAS siguió monitorizando a los humanos en estasis criogénica. Evaluando las numerosas mutaciones y mejoras encontradas en la reserva de genes de los prisioneros, ATLAS descubrió un potente agente mutagénico que existía en el ADN de algunos de ellos. Aunque esta mutación aparecía en menos del 1% de los prisioneros, si conseguían sobrevivir en sus nuevos entornos, muchos de ellos podrían beneficiarse de esta mutación psiónica en sólo unas pocas generaciones. Estos descubrimientos fueron grabados y enviados de vuelta a La Tierra, directamente a los registros Doran Routhe. Finalmente, los motores warp de los cuatro supertransportes alcanzaron su fusión crítica y tras 28 años de viaje, las enormes naves emergieron al espacio real, junto al cerco de un sistema estelar habitable. A unos 60.000 años luz de la Tierra con sus motores destruidos y sus baterías de soporte vital casi agotadas las naves accionaron sus protocolos de emergencia y se dirigieron a los mundos habitables más próximos de sistema. El Reagan y el Sarengo acabaron en un mundo que sería llamado Umoja. El Sarengo que había sufrido enormes daños durante su descenso atmosférico, se estrello contra el planeta matando a sus 8.000 pasajeros. El Reagan tuvo más suerte, ejecutando un descenso controlado y aterrizando intacto. Tras el aterrizaje de la nave las cámaras del "frío sueño" quedaron desactivadas y los pasajeros que aun vivían empezaron a despertarse lentamente. Los pasajeros intentando recordar donde estaban y cuánto tiempo habían "dormido", descubrieron que por alguna razón el ATLAS había borrado toda la información de su viaje de los bancos de los ordenadores. El Argo aterrizó en el mundo rojo de Moria. Sus pasajeros corrieron el mismo destino que los del Reagan porque toda la información relacionada con su estado actual había sido borrada. Sólo los pasajeros del Nagglfar pudieron acceder a los ordenadores de la nave para conocer su viaje. Tras preguntarle al ATLAS, confirmaron sus sospechas de que no volverían a ver La Tierra porque aunque habían aterrizado en el templado planeta de Tarsonis, el Nagglfar había quedado totalmente destruido. Los exiliados que habían sobrevivido esparcidos ahora por los tres mundos, salvaron lo que pudieron de sus arruinadas naves en un intento por proveerse nuevos entornos. La Confederación y el Nuevo Mundo. Los habitantes de cada planeta trabajaron duramente para sobrevivir en lo que ellos llamarían el "Nuevo Mundo". Ignorantes de que sus otros compañeros también habían conseguido prosperar en otros mundos del sistema, los nómadas Terran crecieron con los escasos recursos que pudieron encontrar. Tras perder los medios para comunicarse a través de distancias interplanetarias cuando sus naves fueron desmontadas en busca de materiales esenciales, los Terran vivieron aislados durante décadas. En un espacio de tiempo relativamente corto, los tres grupos de Terran fundaron colonias hermanas en sus respectivos mundos, y aunque tendrían que pasar 60 años más antes de que las tres colonias
  • 4. pudieran volver a reunirse por viajes espaciales, cada una de ella creció y formo prosperas comunidades autónomas. Tarsonis, la colonia más grande y más avanzada tecnológicamente, pronto desarrollo motores sub-warp de segunda generación. Esto permitió a sus naves explorar los innumerables y asolados planetas del sistema solar que les rodeaba y finalmente acabaron encontrando a los otros supervivientes del Largo Sueño. Una vez reunidas, las tres colonias se beneficiaron del comercio mutuo y de los tratados comerciales. Aunque Tarsonis siguió insistiendo en que Umoja y Moria se unieran y formaran un solo gobierno, las dos colonias se negaron firmemente. Y las flotas de Tarsonis siguieron explorando el espacio Terran, que acabo siendo llamado el Sector Koprulu. Tras encontrar otras prosperas colonias en otros siete mundos del sistema la fuerza militar de Tarsonis creció rápida e imparablemente. Un nuevo gobierno, llamado la Confederación Terran, fue fundado por las colonias Tarsonian. La colonia Morian, que disponía de las mayores operaciones mineras del sector, empezó a temer que este nuevo poder de la Confederación intentara ocuparla y regular sus lucrativas operaciones. Y fue así como se formó la Asociación Kel-Morian, un sospechoso aliado de la corporación dispuesto a ofrecer apoyo militar a cualquier gremio minero que fuera oprimido por la política de la Confederación. Pero finalmente surgieron tensiones entre la Confederación y la Asociación que llevaron al estallido de la Guerra de los Gremios Terran. La Guerra de los Gremios duró casi 4 años hasta que la Confederación pacto la paz con la Asociación. Aunque la Asociación siguió manteniendo su autonomía, casi todos su gremios mineros fueron anexionados como partes de la Confederación. La colonia Umojan, tras ver los enormes abusos de que era capaz la confederación fundó el Protectorado de Umojan: una milicia nacionalizada cuyo objetivo sería liberar a la colonia de la tiranía de la Confederación. En un análisis final, la Guerra de los Gremios consolidó la dominante posición de la Confederación dentro de la estructura de poder Terran. El poder de la Confederación siguió creciendo con el paso de los años, mientras los prospectores se anexionaban un mundo tras otro en su atrevida expansión. Poco a poco empezaron a aparecer grupos de piratas y organizaciones radicales de milicias, mientras las agencias de aplicación de la ley seguían abusando de los ciudadanos. Una de las mayores revueltas contra la política de la Confederación fue la Rebelión Korhal. La Rebelión de Korhal. Korhal era uno de los mundos principales de la Confederación, poblado originalmente por colonos Tarsonian. Korhal, un mundo de abundancia y de ilustración, contribuyó en gran medida a los avances militares y tecnológicos de la Confederación. Aunque la Confederación se benefició de la continua productividad de Korhal, los ciudadanos de la colonia rechazaban su obligada afiliación a los normalmente corruptos senadores de la Confederación. En un intento por mantener su independencia los ciudadanos de Korhal instigaron numerosas revueltas contra la milicia confederada local. Los confederados respondieron apropiadamente y declararon la ley marcial en toda la colonia. Esto sólo consiguió agitar aun más a la población escalando el conflicto a nivel de caos civil. La Confederación pensó que si su colonia más preciada y mimada conseguía rebelarse contra ellos, entonces todas sus colonias también se rebelarían. Así que decidió que la crisis de Korhal debía terminar como fuera. Korhal sería un ejemplo para todas las otras colonias de la confederación de su poder absoluto sobre ellas. El dinámico senador Korhalian, Angus Mengsk, fue el encargado de formalizar los sentimientos de sus ciudadanos y compañeros ante la Confederación. Su grito de libertad resonó con fuerza entre su gente cuando Mengsk declaró la guerra contra la Confederación. Llevando a los
  • 5. Korhalians a un frenesí paranoico el senador consiguió capturar todos los puestos de la Confederación en Korhal. Tras sus declaraciones de que la Confederación no tenía ningún poder sobre el mundo de Korhal, Mengsk consiguió ganarse el respeto y la admiración de muchas otras colonias también en lucha. La Confederación, en un intento por contener la situación, reunió a sus fuerzas estacionadas en Korhal y sacó a su flota de los cielos. Mengsk y los otros líderes de la revuelta creyendo que habían ganado su independencia, celebraron su victoria contra la Confederación. Los confederados conscientes de que la pérdida de Korhal podría instigar a las otras colonias a rebelarse, decidieron retomar el planeta a través de medios más sutiles. Los Confederados enviaron a tres de sus más temibles asesinos, conocidos como Fantasmas, para que eliminaran a Mengsk y a sus seguidores en Korhal. El cuerpo decapitado del senador, junto con los de su mujer e hija, aparecieron a la mañana siguiente en la balconada privada de su torre-fortaleza. La cabeza de Mengsk jamás fue encontrada. Aunque el asesinato influyó enormemente en el debilitamiento de la revuelta de Korhal, también avivó el fuego que acabaría fraguando al mayor enemigo al que se enfrentaría la Confederación. A ArcturusMengsk, un reconocido prospector de la Confederación y un hombre de negocios, no le sentaron muy bien las noticias de la muerte de su familia. Como prospector de la Confederación durante años, Arcturus sabía que esta era capaz de todo con tal de conseguir sus objetivos. Aunque no solía interesarse por la política del Sector, se asustó y en cierta forma se sintió avergonzado por las acciones de su padre en Korhal. Sin embargo, él nunca pensó que su familia sería asesinada sólo para demostrar algo. Sus muertes rasgaron algo en el interior del joven Arcturus, que lo llevó a rechazar su prometedor futuro y a seguir el solitario camino de la venganza. Reuniendo a los distintos grupos de militantes que habían seguido a su padre contra la Confederación, Arcturus consiguió un ejercito bastante grande, aunque algo mísero. Los seguidores de Mengsk atacaron valientemente varias bases e instalaciones, que le costaron a la Confederación billones de créditos en hombres, maquinaria y equipo. Tras los rumores de una alianza secreta entre el grupo de Mengsk y el Protectorado de Umojan, el gobierno Confederado decidió acabar de una vez y por todas con este problema, y desde la lejana capital Confederada de Tarsonis, fue disparada una salva de 1000 misiles nucleares de clase Apocalipsis contra el planeta Korhal. Durante este salvaje ataque murieron unos 4 millones de personas, y en un instante, la prospera colonia de Korhal quedo convertida en una esfera super-caliente de cristal oscurecido de se agitados fantasmas. La noticia del holocausto sorprendió a Mengsk en una base secreta situada dentro de las fronteras del Protectorado de Umojan. Tras perderlo todo, salvo la venganza, Arcturus y aquellos que estaban reunidos con él en ese triste día, juraron solemnemente destruir a la Confederación como fuera. Tras tomar el nombre de los Hijos de Korhal, Arcturus y su grupo de voluntarios renegados pronto se hicieron famosos como los fugitivos más buscados del Sector. Luchando silenciosa y rápidamente, los Hijos de Korhal consiguieron innumerables victorias sobre la Confederación. Pero por cada victoria ganada en nombre de la justicia, Arcturus era invariablemente presentado como un loco y un terrorista por todos los medios de comunicación controlados por la Confederación, y la mayoría de las colonias se negaron a alojar u ofrecer sus servicios a nadie relacionado con ese grupo ilegal. Sin embargo, a pesar de las casi insuperables barreras y de la escandalosa opinión publica recibida, Mengsk jamás se rindió en su lucha contra los
  • 6. Confederados. Los Hijos de Korhal siguieron desconcertando a las agencias de aplicación de la ley en su continua misión de liberar el Sector. La primera guerra entre razas. Los diversos poderes de la colonia y las milicias de piratas siguieron luchando contra las fuerzas Confederadas. Aunque muchos de estos grupos solían discutir entre ellos, en general, la presencia Terran dentro del Sector Koprulu seguía reforzándose y expandiéndose. Pero estas insignificantes peleas acabaron pronto al verse inmersa las colonias Terran en una lucha de épicas proporciones. Sin previo aviso, una flota de 50 naves de guerra alienígenas descendió de los cielos sobre la colonia remota Confederada Chau Sara. Las enormes naves abrieron fuego contra las ignorantes colonias y no cesaron hasta aniquilar todos los emplazamientos habitados del planeta. Este ataque sin precedentes tomó a las fuerzas Confederadas por sorpresa, llevando a las asustadas flotas Terran a huir a la desbandada. Aunque los Terran del Sector Koprulu jamás se habían encontrado con especies alienígenas de ningún tipo, corrieron para defenderse de sus nuevos y misteriosos enemigos. La Confederación lanzó un torpe contraataque contra la flota alienígena en su viaje hacia el segundo planeta Terran de Mar Sara. La flota alienígena, identificándose como los Protoss, retiró misteriosamente sus fuerzas y dejo la colonia. Al poco tiempo una segunda y aterradora presencia alienígena fue descubierta a las afueras de Mar Sara. Estos nuevos invasores, que parecían insectos, eran muy diferentes a los Protoss que habían atacado la colonia hacía poco tiempo. Ninguna agencia Terran podría soportar la molesta presencia no de una, sino de dos razas alienígenas extrañas dentro de sus colonias. Asolados por un terror paranoide colectivo y sobrecargados por sus propias luchas internas, las indefensas facciones Terran tan solo podían ver como una marea siempre en aumento de invasores alienígenas se habría camino hasta el corazón mismo del Sector Koprulu, asolado por la guerra. Historia de los Protoss(Esta historia es previa al juego original). Los Xel'Naga y Los Primeros Nacidos. Aunque solamente quedan pequeños fragmentos de documentación, los antiguos textos Protoss hablan de una raza muy avanzada que gobernó en miles de mundos de la galaxia hace decenas de millones de años. Se rumoreaba que esta enigmática raza, frecuentemente llamada los Xel'Naga o "viajeros de la lejanía" habían sembrado y cultivado miles de especies diferentes en los fríos y estériles mundos dentro de su dominio. Las tradiciones Protoss mantienen que los Xel'Naga eran una raza pacífica y benevolente totalmente dedicada al estudio y la propagación de la evolución sensible dentro del universo. No se sabe nada del origen de los Xel'Naga salvo que no eran nativos de la galaxia que dominaban. Obsesionados con conseguir la forma de vida perfecta, los Xel'Naga se esforzaron en crear una criatura que estuviera definida por una marcada "pureza de forma". Durante miles años dirigieron los delicados procesos evolutivos de sus especies en ciernes. A pesar de que sus prolongados experimentos produjeron muchas desviaciones y mutaciones intrigantes, las razas que los Xel´Naga cultivaban nunca satisfacían sus gigantescas esperanzas. Al final desesperados, los Xel'Naga concentraron sus esfuerzos frustrados en el mundo más prometedor de todos los que habían construido. Aiur, un enorme mundo jungla en el extremo de la galaxia, en el que había nacido una raza de seres muy avanzados. Estos
  • 7. seres eran increíblemente adaptables a condiciones naturales y climáticas duras. Su fuerza y su velocidad no tenían igual entre las razas que los Xel'Naga conocían. La raza había desarrollado una sociedad tribal rudimentaria basada en la caza en grupo y reglas de guerreros. No obstante, su aspecto más característico era que se comunicaban unos con otros a través de un modo muy complejo de telepatía instintiva que les permitía trabajar en comunidad con gran eficacia. Los Xel'Naga estaban contentos con los avances de su ultima creación y reconocieron que la nueva raza era el primero de todos sus experimentos en evolucionar más allá de las restricciones salvajes de las formas de vida más básicas. Para distinguir su ascensión en el orden galáctico, los Xel'Naga dieron a la nueva raza el nombre de Protoss o "Los Primeros Nacidos". Los primeros Protoss vivieron en armonía, recluidos en el mundo de Aiur durante cientos de generaciones sin conocer nunca de la existencia de sus creadores Xel'Naga que les observaban desde lejos. Aunque los Protoss eran la especie más avanzada que surgió, los Xel'Naga todavía no estaban satisfechos con sus lentos avances y decidieron que era adecuado llevar la evolución de los Protoss más allá. Los Xel'Naga emplearon otro milenio más guiando sutilmente los pasos de sus hijos, hasta que al final tuvieron éxito llevando a los Protoss a un estado de sensibilidad y conciencia totales. Los Primeros Nacidos gradualmente se convirtieron en seres altamente intelectuales e introspectivos, consiguiendo niveles muy altos, no sólo en sus avances culturales, sino también en los avances personales e individuales. Exultantes con su éxito, los Xel'Naga finalmente se dieron a conocer a los Protoss sin sospechar en el caos que estaba por llegar. La Partida y El Eón del Conflicto. La civilización Protoss se extendió por la faz de Aiur en tan solo unos miles de años, terminando con las tribus rivales acatando un gobierno centralizado. En un intento de discernir la extensión de la evolución de su creación, los Xel'Naga habían bajado de los cielos e integrado en la cultura Protoss. La llegada de los Xel'Naga parece que unió más a las tribus desperdigadas, ya que los Protoss, extremadamente contentos, buscaban en sus ancianos creadores nuevas verdades e ideas. Los Xel'Naga se maravillaban por la disposición de los Protoss de sondear los misterios del universo que los rodeaba. Los Protoss abrigaban una sed insaciable de conocimientos que los llevó a desarrollar tendencias radicales y progresivas de estudio científico y meta-neural. A medida que crecían su entendimiento y su conciencia personal, los Protoss se hicieron excesivamente orgullosos y empezaron a dar mayor valor a los logros individuales que al avance comunitario. Las tribus con más éxito empezaron a aislarse unas de otras, cada una buscando definir sus propios roles, no sólo dentro de su sociedad inmediata, sino también en el universo más amplio. A medida que las tribus se separaban más y más, los Xel'Naga se tabaleaban de frustración. Especulaban si no habrían presionado demasiado la evolución de los Protoss y con ello echado a perder la pureza de su creación. Muchos Xel'Naga creían que los Protoss habían perdido uno de sus puntos fuertes ya que los egos individuales habían superado a la primitiva unión comunitaria. Las Tribus, movidas por búsquedas individualistas, hicieron resurgir sus propios principios y ritos ancestrales para separarse aún más de sus hermanos. Olvidando el tiempo en el que sólo había temor y reverencia ante sus creadores, empezaron a crecer sospechas entre las Tribus sobre el interés de los Xel'Naga en sus asuntos. A medida que pasaban los meses en Aiur, los Protoss empezaron a sentirse más retraídos con sus profesores Xel'Naga ya que en cada Tribu corrían rumores salvajes e infundados sobre la supuesta traición de sus creadores. Intentando separarse completamente del resto de su raza, las Tribus empezaron a perder la conexión con su unión psíquica primitiva. La ruptura de la empatía inherente de los unos con los otros de los Protoss, fue la causante de la disolución de los últimos restos de unidad y hermandad entre ellos. La separación de la unión psíquica también fue el mayor signo para los Xel'Naga de que los Protoss trágicamente habían perdido el elemento más fundamental de su grandeza.
  • 8. Convencidos de que habían cometido un grave error presionando su "creación fallida" a demasiada velocidad, los Xel'Naga decidieron abandonar Aiur para siempre. Los recelosos Protoss al oír de la partida de sus creadores, reaccionaron con un ataque precipitado y violento contra las naves mundo de los Xel'Naga. Cientos de Xel'Naga resultaron muertos a manos de los furiosos Protoss, los mismos que hace tan sólo unas décadas los habían adorado como dioses. Los Xel'Naga repelieron el temerario ataque de los Protoss y con tristeza lanzaron la mayoría de sus naves enormes al vacío sin caminos más allá de Aiur. Las Tribus Protoss que se habían quedado confusas y abandonadas desde la partida, se volvieron unas contra otras en desesperación. Lo que siguió ha sido relatado como la guerra más sangrienta y violenta que haya tenido lugar en la historia galáctica: El Eón del Conflicto. Las furiosas batallas libradas durante el Eón del Conflicto duraron innumerables generaciones de Protoss, todas ellas dedicadas a perpetuar la culpa de su abandono. A pesar de que no quedan muchos documentos de este "período perdido" de la historia Protoss, está claro que Los Primeros Nacidos se convirtieron en legiones frenéticas de asesinos despiadados. Movidos durante siglos de odio irreflexivo contra sus hermanos, generaciones enteras de Protoss vivieron y murieron sin incluso conocer los legado de su pasado o la unión psíquica primitiva que sus antepasados una vez compartieron. Según cuenta la leyenda, incluso las mayores masas de tierra de Aiur fueron devastadas en la lucha épica entre las Tribus enloquecidas. Parecía que la totalidad de la, una vez gloriosa, cultura Protoss estaba al borde de la completa desaparición. Khala: El Camino de la Ascensión. Aunque hubo muchos factores diferentes que llevaron al final del Eón del Conflicto, se cita un descubrimiento sin precedentes como la causa de los cambios radicales de la Segunda Edad. Mientras las enemistades morales seguían cobrándose víctimas en otra generación más de guerreros Protoss, un místico excéntrico tuvo una idea fundamental. El Místico, cuyo nombre verdadero ha quedado olvidado en los anales de la historia al final recibió el nombre de Khas o "el que trae el orden". Khas, habiendo estudiado las enseñanzas arcaicas prohibidas de los Xel'Naga, desenterró unos antiguos artefactos monolíticos conocidos como Cristales Khaydarin. Los cristales, olvidados por los apresurados Xel'Naga, eran fundamentales para facilitar sus experimentos protogénicos. Khas fue capaz de canalizar las energías primitivas de los Cristales a través de él mismo, permitiéndole el acceso a la unión psíquica primordial de su raza. Por primera vez en miles de años se tocó la fibra sensible primitiva de los Protoss. Khas, inundado por las emociones que emanaban de cada uno de los miembros de su raza, supo que los Protoss no habían perdido su unión primitiva, simplemente habían olvidado como sintonizarse con ella. Horrorizado por las emociones bélicas que habían estado destruyendo su raza durante incontables siglos, Khas empezó a buscar una forma de curar los dolores abrazadores de su gente. Reunió a muchos Protoss jóvenes y enseño a la nueva generación de guerreros como tener acceso a su unión psíquica latente. Estos jóvenes, de repente libres para distanciarse del horrendo conflicto que les rodeaba, pudieron ver claramente que la lucha de su raza era un disparate. Creían que los Xel'Naga habían hecho lo correcto abandonándolos y que, debido a que la esencia racial había sido corrompida por el surgimiento del ego, eran, sin duda, una creación fallida. No obstante, mantenían que como su fallo inherente no era culpa suya, el conflicto interno de los Protoss y el tumulto racial no tenía base y estaba hueco. Khas desarrolló un sistema racial de progresión psíquica con la esperanza de disciplinar a la nueva generación y evitar que repitieran los trágicos errores de las generaciones pasadas. Siguiendo las teorías de Khas sobre la "corrupción de la esencia" de los Protoss, el Khala o Camino de Ascensión pidió a los Protoss que olvidaran sus propios caprichos y se esforzaran por reunificar a su raza comunitaria, una vez tan poderosa. La mayor esperanza de Khas era que el Khala
  • 9. instilase un nuevo sentido de esencia y vitalidad en la raza Protoss. Poco a poco, muchos Protoss dejaron sus antiquísimas enemistades y se reunieron a las crecientes legiones de Khalai. Esto marcó el verdadero punto de inflexión del Eón del Conflicto y llevo a la fundación de la Segunda Edad. A medida que las terribles guerras iban disminuyendo y las Tribus otra vez empezaron a curarse y unirse, la premisa del Khala empezó a calar incluso en las raíces más profundas y fundamentales de la nueva sociedad Protoss. Dae'Uhl: La Administración. El Khala, principalmente significó definir un sistema rígido de comportamiento, así como también produjo el cambio de una sociedad Tribal a un sistema de Castas. Todos los miembros de las Tribus Protoss fueron divididos en tres nuevas castas: los Judicatores, los Khalai y los Templarios. Este cambio funcionó para eliminar los últimos restos de viejas hostilidades entre las Tribus y reforzar la resolución de los Protoss para comenzar de nuevo. La casta de los Judicatores estaba compuesta de ancianos y hombres de estado Protoss cuya principal responsabilidad era gobernar a los Protoss con los dictados de la ley Khala. La Asamblea de Judicatores estaba regida por un pequeño grupo de Ancianos conocido como "El Cónclave". La segunda casta, conocida como los Khalai, se componía de la mayoría de la sociedad Protoss. La casta Khalai representaba a los industriales, científicos y trabajadores que continuaban reconstruyendo sus tierras natales después de los duros conflictos del Eón de Conflicto. La tercera casta, llamada los Templarios, eran los guerreros sagrados y los defensores de Aiur, quienes seguían las disciplinas del Khala para conseguir los elevados poderes psiónicos. Bajo el nuevo liderazgo de El Cónclave y sus Administradores Judicatores, y armados con el celoso poder de los Templarios, los Protoss pronto reconstruyeron su diezmado mundo de Aiur, convirtiéndolo en un bullicioso paraíso. Con su creciente prosperidad, que les condujo a redescubrir muchas de las ciencias y estudios que habían perdido. Los Protoss se aventuraron a viajar por las estrellas y en el curso de unos pocos cientos de años, los Protoss conquistaron cientos de mundos dentro de su rincón de la galaxia y extendieron los frutos de su gran civilización a muchas de las razas más avanzadas que encontraron. Con todo esto, los Protoss, sin proponérselo, tuvieron éxito al reclamar un octavo de los mundos que antes habían presidido los Xel'Naga. De acuerdo con los estrictos códigos del Khala, los Protoss asumieron la carga del Dae'Uhl o la Gran Administración. Siguiendo las antiguas tradiciones de los Xel'Naga, el Dae'Uhl exigía que los Protoss protegieran y salvaguardaran a las razas inferiores que vivían a su sombra. No obstante, a diferencia de sus predecesores, los Protoss se negaron a manipular o interferir en los procesos evolutivos de las razas inferiores bajo su protección. Siempre atentos contra amenazas xenomórficas, los Protoss observaban de cerca a sus pupilos que no sospechaban nada. Pero, igual que los Xel'Naga muchos milenios antes, los Protoss mantuvieron su presencia oculta a las razas inferiores que tenían a su cuidado. Muchos cientos de especies crecieron y prosperaron en los diferentes mundos de su espacio, sin saber nunca que estaban secretamente vigilados desde las alturas. Los Templarios Tétricos. A pesar de que su nueva civilización ilustrada crecía y prosperaba, el Cónclave Protoss mantenía un oscuro y vergonzoso secreto oculto a las masas. Había unas cuantas Tribus disidentes que se negaban a aceptar el Khala, creyendo que sus identidades individuales desaparecerían para promover aun más la regla de los Judicatores. Las Tribus
  • 10. Rogue no eran hostiles o militantes, pero creían que la agenda comunitaria de El Cónclave sería la condena final de su raza. Por tanto, el conocimiento de las Tribus Rogue era mantenido en secreto, ya que el Cónclave creía que su aberrante influencia podría extenderse por toda la sociedad Protoss y destruir todo lo que Khas había conseguido. Convencido de que las Tribus Rogue constituían una amenaza palpable para el nuevo orden, el Cónclave ordenó a las fuerzas de Templarios que erradicaran a los disidentes. Los Templarios, dirigidos por un joven guerrero llamado Adun, no podían resignarse a acabar con sus desobedientes hermanos. En su lugar, el idealísticoAdun intentó ocultar las Tribus Rogue de la vista de El Cónclave. Adun creía que podría convencer a los Rogues de la verdad del Khala enseñándoles a manipular sus propios poderes psiónicos latentes. A pesar de que sus poderes eran iguales a los de los poderosos Templarios, los Rogues siguieron negándose a someter sus libres y apasionados espíritus al Khala. Sin la disciplina del Camino de Ascensión, los poderes de los Rogues aumentaron vertiginosamente hasta quedar fuera de control y liberaron horribles y devastadoras tormentas a través de los campos de Aiur. El Cónclave, sorprendido porque los Templarios no hubieran destruido a las Tribus Rogue, intentó salvar la situación desesperada. Si el Cónclave castigaba a Adun y los Templarios por su insubordinación sería forzado a reconocer públicamente la existencia de los Rogues. De esta forma, El Cónclave decidió desterrar para siempre de Aiur a las Tribus desobedientes. Los Templarios a las ordenes de Adun tuvieron que jurar silencio mientras los Rogues eran cargados en una antigua, pero funcional, nave Xel'Naga y lanzados al vacío espacial. Desde entonces la Tribus Rogues son conocidas como los Templarios Tétricos. Con el tiempo, la leyenda de los Templarios Tétricos se extendió por la faz de Aiur, estimulando las imaginaciones de muchos Protoss jóvenes. Para mostrar su desdeño hacia El Cónclave y sus lacayos Judicatores, los Templarios Tétricos se cortaron ceremoniosamente sus apéndices nerviosos, separándose para siempre de la unión comunitaria básica que comparten todos los Protoss. Por todas partes se rumoreaba que como los Cazadores de Sombras estaban separados de la fibra sensible de su raza, estaban forzados a extraer sus energías psiónicas del oscuro y frío vacío del espacio. Este cuento, sobre todos los demás, funcionó para incriminar a los guerreros vagabundos durante todo el tiempo, cazados y temidos por sus propios hermanos, los Templarios Tétricos llevaban una existencia solitaria dentro de sus naves estelares. Viajando por todo el frío vacío del espacio pero nunca dejaron de amar a Aiur y, de esta forma, trabajaron para salvaguardar su mundo natal de cualquier forma que secretamente pudieran. La Humanidad y la llegada de los Zerg. Los Protoss fueron testigos silenciosos de la portentosa llegada de la Humanidad a su borde del espacio. Aunque los Protoss no estaban seguros del origen vagabundo de los Terran, sabían que esos volátiles humanos de vida corta serían interesantes de estudiar. Pasaron dos siglos en los que los Protoss observaron a los colonizadores Terran en ciernes, que tuvieron éxito creando colonias rudimentarias en una docena de mundos dentro de los límites de los Protoss. Aunque su tecnología era inferior a la de los Protoss, se adaptaron a los mundos en los que vivían y prosperaban. Los Protoss encontraban a los Terran fascinantes porque luchaban constantemente los unos con los otros, y aun así florecían y progresaban en sus tecnologías e industrias a pasos agigantados. Los Protoss estaban alarmados por la velocidad a la que los Terran acababan con los recursos naturales de sus diferentes mundos. A los ojos de los Protoss parecía que los Terran no tenían respeto por el delicado equilibrio de la naturaleza mientras que corrían imprudentemente de un mundo al siguiente, dejando, en su partida, nada más que descampados estériles. Ordenados por los estrictos dictadores del Dae'Uhl, los Protoss tenían prohibido interferir directamente en
  • 11. los imprudentes Terran por mucho que desearan hacerlo. Esta relación inconexa entre las dos razas duró muchos años. Pero en una misión rutinaria de exploración Protoss, se encontraron pruebas que marcaron una cierta perdición para los desventurados Terran. El Alto Templario Tassadar, acompañado por su famosa fuerza expedicionaria templaria, encontró una cantidad de pequeñas construcciones biológicas flotando cerca de los límites del espacio Protoss. Después de una inspección más de cerca, Tassadar dedujo que los organismos alienígenas indescriptibles eran en realidad sondas de espacio profundo. Aunque Tassadar no podía averiguar su punto de origen, estaba claro que se estaban dirigiendo al Sector Koprulu de las colonias Terran. Tassadar llevó de vuelta las sondas vivientes a Aiur para su inmediato estudio. Los extraños alienígenas no se parecían a nada de lo que habían visto los Protoss hasta entonces. Las respectivas psicologías de las sondas estaban creadas para el viaje y reconocimiento a través del espacio profundo. En un intento por discernir su procedencia, los Protoss enfocaron las energías de los Cristales Khaydarin a través de las minúsculas mentes de las sondas. Los Protoss no se lo podían creer cuando descubrieron que las sondas alienígenas respondían rápida y naturalmente a las potentes energías de los Cristales. Su sorpresa se vio aumentada por el hecho de que sólo las criaturas nacidas de la protogenética de los Xel'Naga podían procesar adecuadamente las energías de los grandes Cristales. Más alarmante era la vaga corriente de pensamiento que se repetía una y otra vez en los cerebros minúsculos de las sondas: "encontrar Humanidad"... "erradicar"... "aprender"... "evolucionar"... Los Protossespecularon que las sondas eran los precursores de una gran y nueva amenaza a su sección de la galaxia. Si las criaturas estaban creadas con tecnologías Xel'Naga, serían muy avanzadas y extremadamente poderosas. Para los Protoss estaba claro que esta nueva raza constituía un peligro palpable para todos los seres vivientes y que, estuviera donde estuviera, el grueso de la raza todavía debía estar buscando a los confiados colonizadores Terran. Los Protoss empezaron a enviar exploradores avanzados para buscar en las rutas espaciales circundantes cualquier signo de invasores alienígenas. Tassadar reivindicó que bajo los dictados de Dae'Uhl, era la responsabilidad elegida de los Protoss proteger a las razas bajo su observación. No obstante El Cónclave discutía que si la "inútil" raza de los Terran ya había sido infestada por alguna amenaza nueva deberían ser quemados y erradicados. Comenzó un gran debate entre los Judicatores y los Templarios sobre como deberían implicarse en el inminente aprieto de los Terran. En lo único en lo que estaban de acuerdo las dos castas era en que las criaturas estaban indudablemente creadas con las ciencias Xel'Naga. Y si era cierto que estaban creadas por los Ancianos sería mejor que los Protoss estuvieran en guardia. Se acordó enviar a Tassadar y su fuerza expedicionaria a controlar los mundos Terran, intentando discernir la severidad del peligro inminente. Para ello, Tassadar dirigió a su nave de mando, el Gantrithor, y a casi un centenar de otras enormes naves de guerra al sector Terran de Koprulu. El Principio del Fin. A la llegada al sector Terran, los exploradores de Tassadar encontraron evidencias de que la misteriosa amenaza alienígena había empezado a causar bajas en las colonias Terran. En una inspección más cercana, Tassadar encontró que la colonia limítrofe de Chau Sara estaba infestada por organismos alienígenas. La superficie entera de la colonia estaba cubierta por una sustancia tóxica espesa que erosionaba sin pasar la corteza del planeta. Para empeorar las cosas, los alienígenas mismos habían infestado o matado a la mayoría de los colonos humanos. Tassadar, horrorizado por la devastación, sólo podía preguntar por qué los Terran no se habían apresurado a ayudar a su mundo asediado. El Cónclave, al oír de la suerte de la colonia ordenó inmediatamente a Tassadar que quemara el planeta entero para acabar con la infestación. Sabiendo que el fuego erradicaría toda la vida
  • 12. del planeta, Tassadar, lleno de tristeza, obedeció a sus maestros. Las pesadas naves de guerra Protoss cargaron sus armas y abrieron fuego sobre la confiada colonia. Esta costosa táctica tuvo éxito, destruyendo la infestación alienígena, pero todavía había algunos mundos cercanos que, sin duda, también estaban infestados. Tassadar fue ordenando quemar esos mundos y cualquier otro emplazamiento Terran que tuviera la mínima posibilidad de infestación. Trasladando su flota a la segunda colonia infestada de Mar Sara, Tassadar empezó a dudar de la moralidad de sus órdenes. Los guerreros Terran, cogidos totalmente por sorpresa por el ataque inicial de los Protoss sobre Chau Sara, lanzaron una flota de naves estelares para interceptar a la flota de Tassadar. La flota Terran se preparó para defender la colonia de los Protoss justo cuando Tassadar ordenaba a sus naves que se apartaran y retiraran. Tassadar, luchando contra sus dudas interiores, no podía destruir Mar Sara o la flota que había venido a protegerla. Buscó una forma de derrotar a los alienígenas sin eliminar arbitrariamente a la Humanidad en el proceso. De esta forma, Tassadar se negó a cumplir las órdenes genocidas de sus Maestros y permaneció con su flota fuera del alcance de los sensores Terran, esperando y observando mientras la presencia alienígena seguía. Historia de los Zerg (Esta historia es previa al juego original). El Gran Experimento. Decididos a perfeccionar sus conocimientos científicos sobre la evolución protogenética, la antigua y enigmática raza conocida como los "Xel'Naga" viajó al distante mundo limítrofe de Aiur. Las enormes junglas de Aiur habían producido la raza más avanzada conocida por los Xel'Naga. Creyendo que podrían dirigir la evolución de esa raza hasta la cumbre de la perfección física, los Xel'Naga empezaron con sus experimentos protogenéticos. La raza que los Xel'Naga acabaría llamando "Protoss" evolucionó rápidamente y disfrutaba de lo que sus creadores llamaron "pureza de forma". Desgraciadamente, los Xel'Naga llevaron demasiado lejos sus experimentos. La inherente esencia y la capacidad sintiente de los Protoss se desarrolló con demasiada rapidez, produciéndose una amarga disensión y burla entre ellos y sus creadores. Los Xel'Naga llegaron a la conclusión de que la "pureza de forma" que ellos querían crear había sido contrariada por un problema de esencia y de ahí que decretaran que los Protoss eran, en realidad, una "creación fallida". Los Xel'Naga abandonaron a sus hijos enviándolos al vacío. El nacimiento de los Zerg. Tras viajar miles de años luz por el interior del ardiente núcleo de la galaxia, los Xel'Naga acabaron asentándose en el volátil mundo de cenizas de Zerus. Los Xel'Naga decidieron continuar con su Gran Experimento evolutivo, sólo que esta vez ignoraron sus dogmas en cuanto a la forma física y se centraron principalmente en la búsqueda de una "pureza de esencia". Estacionados en sus enormes naves muy por encima de los fuegos de Zerus, los Xel'Naga empezaron una vez más a desafiar las artimañas del destino. Los Xel'Naga consiguieron más éxito con su segunda empresa de lo que ellos podrían haberse imaginado, trabajando esta vez para acelerar la evolución de la forma de vida más insignificante de Zerus, una raza de insectoides en miniatura conocida como los Zerg. Gracias a las manipulaciones protogénicas de los Xel'Naga, los Zerg sobrevivieron a las continuas tormentas de fuego de su mundo y evolucionaron. A pesar de ser extremadamente pequeños, de su aspecto de orugas y de su incapacidad para manipular físicamente su entorno, los Zerg se adaptaron y sobrevivieron. Los Zerg desarrollaron la habilidad de enterrarse en la carne de
  • 13. las especies indígenas menos vulnerables de Zerus alimentándose de los nutrientes contenidos dentro de los fluidos vitales uniéndose como parásitos. Cuando fueron capaces de controlar los procesos metabólicos y anatómicos de sus anfitriones, los Zerg utilizaron sus nuevos cuerpos para manipular el entorno. A medida que los Zerg incorporaban a más y más criaturas anfitrionas en sus rebaños, empezaron a asimilar sus diversos procesos y cepas genéticas. La química de los Zerg empezó a mutar y a adaptarse al volumen del nuevo material genético que estaba siendo procesado. Sin embargo, a pesar de la gran variedad de criaturas anfitrionas, existía siempre un impulso innato a consumir solamente las especies más avanzadas evolutivamente con las que se encontraban. Los Zerg eran innatamente selectivos en cuanto a que especies consumir asegurándose en cada etapa del desarrollo que ellos estaban siempre en la parte superior de la proverbial cadena alimenticia. Cualquier raza encontrada por los Zerg que no fuera considerada como válida de asimilación fue erradicada para purificar aún más la raza. Pero pronto los Xel'Naga descubrirían algo muy alarmante. Las razas originales asimiladas por los Zerg apenas eran reconocibles después de sólo unas cuantos generaciones de su ingestión. De alguna manera, los Zerg habían desarrollado la habilidad de sobrecargar y dirigir los latentes procesos evolutivos existentes dentro de sus criaturas anfitrionas. Las criaturas anfitrionas sufrieron los efectos de grandes mutaciones físicas que hicieron que a todas las especies Zerg les crecieran púas perforadoras de blindaje, miembros afilados como cuchillas y caparazones ultra densos. Tras un sorprendente corto espacio de tiempo, las especies evolucionaron hasta parecer una sola raza terriblemente voraz. La Supermente. Los Xel'Naga, recordando demasiado bien que sus fallos con los Protoss fueron el resultado de accionar con demasiada rapidez la capacidad sintiente de las especies en desarrollo, decidieron seguir otro camino con los florecientes Zerg. En su intento por evitar los peligros potenciales de diferentes egos, los Xel'Naga estructuraron el sentir colectivo de los Zerg dentro de una "Supermente" unificada. La Supermente se convirtió en un ser semi- sentiente que representaba los instintos e impulsos primarios de todas las cepas Zerg. Con el tiempo, la Supermente desarrolló los rudimentos de personalidad de un intelecto avanzado. Aunque la Supermente dirigía las acciones de todas las criaturas de la colmena, lo hacia a través del uso de agentes secundarios. La Supermente creó una nueva raza Zerg para facilitarles la comunicación directa con sus creaciones. Estos ZergCerebrados eran grandes versiones de los insectoides originales Zerg y fueron diseñados para procesar y ejecutar las distintas funciones de la Supermente. Cada Cerebrado tenía un único objetivo, como por ejemplo defender la colmena, buscar cepas potenciales, producir más guerreros o erradicar toda forma de vida. A los Cerebrados se les dio entonces la posibilidad de construir sus propios enjambres de colmenas y llevar a cabo sus supuestas agendas. Con el tiempo, estas desarrollaron personalidades que correspondían a sus impulsos primarios. Sin embargo, los Cerebrados seguían siendo genéticamente incapaces de neutralizar o ignorar las órdenes de la Supermente. La cadena Zerg de mando se extendió a medida que nuevas razas eran incorporadas al enjambre. Los Cerebrados a su vez, empezaron a utilizar agentes secundarios a los que encargarles sus tareas. En cuanto a defensa y productividad de la Colmena, los Cerebrados utilizaron a las Reinas para asegurar aún más su control sobre los enjambres. Las Reinas supervisaban las actividades de los Zánganos a lo largo de las cadenas de recursos de la Colmena. En tiempos de guerra, los Cerebrados utilizaban a los Superamos para que transmitieran directamente sus órdenes a los múltiples guerreros del enjambre. La Supermente no solo dirigía a los guerreros Zerg a la guerra sino que además planeaba sus ataques contra sus enemigos. Al igual que los Cerebrados seguían a la Supermente, las Reinas y los
  • 14. Superamos eran incapaces de desobedecer las órdenes de sus Cerebrados. Este rígido sistema de mando llevó a los enjambres a una eficacia máxima y salvaje. Como los enjambres seguían creciendo y fortaleciéndose, la Supermente empezó a pensar en su propio futuro, y se dio cuenta que en pocos siglos su raza había conseguido asimilar toda forma de vida indígena de Zerus. La Supermente supo entonces que para poder seguir desarrollando el enjambre, los Zerg deberían salir de Zerus. Y así fue como empezó a explorar el espacio exterior con sus sentidos en busca de algo, de cualquier cosa que les permitiera salir de este mundo. Y esa oportunidad llegó pronto. Una forma de vida viajera del espacio pasó por el sistema Zerus, y la Supermente la invocó. Atraída al desolado mundo por una baliza fue rápidamente asimilada por el enjambre. La existencia de colmenas súper densas y la capacidad de existir en el vacío reforzó la reserva genética del enjambre. Pronto los guerreros Zerg estuvieron en condiciones de sobrevivir en el espacio. De este importante momento en el desarrollo de los Zerg fueron testigos los Xel'Naga. Los Zerg, a pesar de su pobre aspecto físico, habían conseguido no sólo sobrevivir sino retener la pureza de sus terribles esencias. Los Xel'Naga supieron entonces que habían logrado su objetivo. La caída de los Xel'Naga. El orgullo de los Xel'Naga por sus logros acabó siendo su perdición. La Supermente, mientras se expandía lentamente por el vacío del espacio, tomó conciencia de las enormes naves mundo que se cernían amenazadoramente por los cielos de Zerus. Los Xel'Naga, a pesar de mantener a la Supermente estrechamente vigilada se quedaron horrorizados al descubrir que esta ya había roto sus enlaces psíquicos, escondiéndose efectivamente de su vista. Su necesidad de consumir y de alimentar sus crías, llevó a la Supermente a lanzar sus enjambres Zerg especiales contra los desprevenidos Xel'Naga. La antigua raza hizo todo lo que pudo por cambiar el curso del continuo ataque de los Zerg pero al final todos sus esfuerzos fueron en vano. Oleada tras oleada de enjambres Zerg martillearon los cascos de las naves Xel'Naga hasta que estos empezaron a debilitarse. Y en sólo unas cuantas horas más, los Zerg habían destruido las defensas de sus creadores y habían aniquilado a la flota Xel'Naga. Como gran parte de la raza Xel'Naga fue consumida por el violento torbellino genético de los Zerg, la Supermente conoció los haberes y percepciones de sus maestros. La Supermente procesó a miles de seres sintientes dentro de sí haciéndose mucho más poderosa de lo que jamás se habría imaginado. Además, descubrió el secreto de los sagrados Cristales Khaydarin, y empezó a incorporar las energías de estos cristales en sí misma. A través del profundo conocimiento de la evolución y de la fisiología protogenética conseguido a través de los Xel'Naga, la Supermente decidió incrementar el nivel sentiente en muchas de las cepas superiores de Zerg, aunque siguieran estando bajo su control. Diseccionando las memorias de los Xel'Naga, la Supermente conoció las múltiples razas que en uno u otro momento habían entrado en contacto con esta antigua raza. Los Xel'Naga poseían una detallada historia genética de cada raza, ofreciendo a la Supermente un claro conocimiento de sus respectivas fuerzas y debilidades. Y lo que es más importante, la Supermente supo de una raza extremadamente poderosa que vivía cerca del borde de la galaxia, conocida simplemente como los Protoss. La Supermente sabía que los Protoss y Zerg acabarían participando en un inevitable y apocalíptico conflicto. El Determinante. Los Zerg abandonaron el ardiente y estéril mundo de Zerus y sembraron el terror y la ruina en todos los planetas por los que pasaron, en su largo camino hacia el mundo
  • 15. de los Protoss. A medida que avanzaban lentamente por la vacía oscuridad y entre las estrellas, los Zerg tan sólo asimilaron a las razas más fuertes con las que se encontraron. El enjambre siguió creciendo, aumentando de tamaño y de potencia. Durante su avance, la Supermente enviaba sondas de espacio profundo que exploraban por delante del enjambre, buscando nuevos mundos a saquear. A pesar de sus innumerables victorias, la Supermente estaba muy molesta porque sabía que los Protoss se habían convertido en una raza casi psiónica, capaz de desolar y distorsionar el mismo tejido de la realidad a su antojo. Y aunque buscó una forma de contraatacar el enorme poder de los Protoss, no encontró ninguna respuesta entre las cepas genéticas que devoraba. Al borde de la desesperación, la Supermente hizo un increíble descubrimiento. Una de sus sondas de espacio profundo había transmitido la posición y estadísticas vitales de una raza que ocupaba una serie de mundos no descritos justo debajo de la sombra de los Protoss. La nueva raza, llamada Humanidad, estaba a sólo unas pocas generaciones de convirtiese en un poder psiónico radical. Pero la Supermente también sabía que la Humanidad seguía estando en sus estadios infantiles con escasa capacidad hasta para defenderse a sí misma contra sus voraces enjambres. Aunque fuera una especie de corta vida y de aspecto frágil, la Supermente sabía que la Humanidad sería el determinante final de su victoria sobre los Protoss. Si pudiera asimilar la potencia psiónica de la Humanidad, la Supermente podría luchar contra los Protoss al mismo nivel. Y así fue como los enjambres Zerg se pusieron lentamente en marcha hacia los florecientes mundos de la Humanidad. El viaje duró 60 años, pero al final, el enorme y extendido enjambre Zerg llegó a las fuerzas del Sector Koprulu de los Terran. A través de sus exploradores, la Supermente descubrió que los humanos moraban en una docena de mundos diferentes dentro del Sector. Sembrando la atmósfera del planeta llamado Chau Sara con las básicas colmenas de esporas, la Supermente empezó a tramar su plan maestro que le permitiría esclavizar a la Humanidad. Las esporas cayeron gradualmente a la superficie de Chau Sara y lo saturaron de mortales toxinas alienígenas. Aunque los colonos Humanos no tenían ni idea de que los Zerg habían infestado el suelo de su mundo, los Zerg empezaron a descender en la superficie del planeta y a construir sus extrañas estructuras y colmenas. Cuando la infestación de la colonia estaba muy avanzada, la Supermente envió a sus voraces niños a los otros mundos cercanos. Insidiosos y escurridizos en sus tareas, los agentes de la Supermente pronto habían plagado los mundos coloniales de Chau Sara, Mar Sara, Brontes, y Dylar IV. Pero, desde el exterior del frío vacío del espacio emergió una enorme flota de naves bélicas Protoss para luchar contra las invasoras fuerzas Zerg. La Supermente, ansiosa por aprender el máximo posible de los enigmáticos Protoss, permitió que estos detuvieran el plan de infestación inicial. Manteniendo a sus voraces guerreros en la bahía, la Supermente observó cómo los Protoss arrasaban la colonia de Chau Sara. No obstante, los Protoss eran conscientes de que las colmenas de esporas ya habían arrasado el planeta, y para evitar más plagas quemaron todo el planeta. Acción tan decisiva agradó a la Supermente, que estaba maravillada de ver cómo los Protoss lo habían arrasado todo con tanto estilo y poder. Sabiendo que el conflicto venidero sería el mayor desafío de su existencia, la Supermente retiró sus fuerzas para observar cómo reaccionaban los Protoss, y la Humanidad.
  • 16. Historia durante StarCraft Artículo principal: StarCraft Historia previa a StarCraft: BroodWar Las cenizas de Aiur. Sólo han pasado unos días desde que el héroe Protoss, Tassadar, se sacrificó para destruir a la vil SupermenteZerg. Como consecuencia de la apocalíptica destrucción de la Supermente, el mundo Protoss de Aiur quedó devastado y estéril. Muchos de los Zerg sin mente que sobrevivieron a la espantosa batalla empezaron a recorrer sin control los campos calcinados de Aiur. El Cónclave, que había gobernado las tribus Protoss durante miles de años, quedó destruido junto con casi el 70% de la población de Aiur. Por ello, sólo quedó un puñado de héroes Protoss para cuidar de los acosados supervivientes de su mundo. El JudicatorAldaris, el Pretor Fénix, el Templario Tétrico Zeratul y su compañero Terran James Raynor se agruparon para unir y liderar a los dispersos supervivientes. Pero los Zerg, lanzados a su barbarie genocida, seguían matando a todos los Protoss que encontraban. Aunque el destino había conspirado en su contra y habían perdido casi todo lo que querían, los valientes héroes Protoss jamás perdieron la esperanza de que algún día llegaría su liberación. El emperador y su dominio. Mientras la lucha titánica entre los Protoss y los Zerg llegaba a su punto culminante en el planeta Aiur, ArcturusMengsk tomó medidas para consolidar su propio poder dentro del recién creado Dominio Terran. Tras coronarse a sí mismo emperador del Dominio, todas las colonias Terran dentro del Sector Koprulu quedaron unidas bajo un solo gobierno soberano por primera vez. Con el general Edmund Duke de su lado, Mengsk no encontró oposición por parte de ninguna de las principales milicias Terran del sector. Tras haber reforzado los ejércitos del Dominio reclutando por la fuerza a los guerreros que quedaban de la difunta Confederación Terran, Mengsk se dispuso a fortalecer los diversos mundos que tenía a su cargo. Cuando concluyó la última batalla en Aiur y los Zerg se esparcieron caóticamente por todo el sector, Mengsk se preguntó qué habría sido de su antigua teniente, Sarah Kerrigan... la supuesta Reina de Espadas...