En el pasado, los ordenadores eran gigantescos y solo estaban disponibles para las empresas, donde se utilizaban principalmente para procesar nóminas, archivos y cálculos científicos. En la actualidad, los ordenadores son pequeños, asequibles para individuos y pueden usarse para controlar electrónica del hogar y electrodomésticos. En el futuro, según los expertos, los ordenadores serán minúsculos y estarán conectados a la mente humana o incluso al ADN, borrando la línea entre el hombre y la máquina.