La orina normalmente es de color amarillo claro u oscuro dependiendo de su concentración. Puede volverse turbia si contiene células o cristales. Diferentes medicamentos pueden teñir la orina de colores como rojizo, naranja, marrón, pardo o negro. El color de la orina puede indicar problemas médicos como infecciones, enfermedades del hígado o riñones, o la presencia de ciertas enfermedades y desórdenes metabólicos.