El niño logró salvar a su amigo rompiendo el hielo grueso con una piedra porque no había nadie diciéndole que no podía hacerlo, imaginó que era posible y lo logró. La leyenda árabe enseña que cuando un amigo nos ofende debemos escribirlo en la arena para que el viento del olvido lo borre, pero cuando nos salva la vida debemos grabarlo en piedra para recordarlo siempre.