La autora pasó un tiempo en Costa Rica para mejorar su español. Se hospedó con una familia amable que le dio la bienvenida. Visitó el parque volcánico Arenal, nadó en aguas termales y observó monos. Aunque llovía todos los días, pudo experimentar la diversa fauna, flora y cultura de Costa Rica antes de regresar a casa por un camino estrecho.