Jaimito confiesa haber estado con una mujer de vida ligera. El cura intenta averiguar con quién estuvo, pero Jaimito se niega a revelar su nombre. A pesar de la exasperación del cura, Jaimito se mantiene reservado. Como castigo, el cura le ordena rezar veinte padrenuestros y diez avemarías. Más tarde, Jaimito le revela a su amigo Pascualito que conoció los nombres de cinco mujeres durante su confesión.