2. Masacre El Mozote La Masacre del Mozote es el nombre que reciben un conjunto de masacres contra población civil cometidos por el Batallón Atlacatl de la Fuerza Armada de El Salvador, durante un operativo de contrainsurgencia, realizado los días 10, 11 y 12 de diciembre de 1981, en los cantones (aldeas) de El Mozote, La Joya y Los Toriles, en el norte del departamento de Morazán, en El Salvador. Según las investigaciones posteriores de la Comisión de la Verdad, (el organismo de la ONU, creado para investigar los hechos de violencia cometidos durante la guerra civil salvadoreña) aproximadamente 900 campesinos salvadoreños fueron asesinados en El Mozote y los cantones aledaños. Se la considera no sólo el mayor acto de violencia contra población civil cometida por agentes gubernamentales, durante la Guerra Civil de El Salvador, sino también la peor masacre en el Hemisferio Occidental, en tiempos modernos.
3. Los hechos en los cantones cercanos al mozote El día siguiente, 12 de diciembre, los soldados del Batallón Atlacatl se desplazaron al cantón Los Toriles, a 2 km del Mozote. Varios de los habitantes del cantón intentaron escapar. Igual que en El Mozote, los hombres, las mujeres y los niños fueron obligados a salir de sus hogares, alineados en la plaza y asesinados. Miembros del Batallón Atlacatl realizaron acciones similares repetidas en los cantones de La Joya 11 de diciembre, Jocote Amarillo y de Cerro Pando, el 13 de diciembre. Anteriormente, el 9 de diciembre luego de un enfrentamiento entre las tropas del gobierno y los guerrilleros, una compañía del Batallón Atlacatl entró en el pueblo de Arambala. Obligaron a los pobladores a salir a la plaza del pueblo, luego separaron a hombres de las mujeres y de los niños. Encerraron a las mujeres y a niños en la iglesia y ordenaron a hombres permanecer en la plaza, luego acusaron a varios hombres de ser colaboradores de la guerrilla, los ataron, torturaron y se los llevaron detenidos. Los pobladores de Arambala, encontraron más adelante los cuerpos de tres de los detenidos. El 10 de diciembre, otra unidad del Batallón Atlacatl ocupó el cantón Cumaro, donde también obligaron a los habitantes a salir a la plaza del cantón y los interrogaron pero nadie fue asesinado en esa población
4. La búsqueda por justicia El 27 de enero de 1982, un mes y medio después de la masacre, el New York Times publicó una nota del periodista Raymond Bonner, corresponsal de ese periódico en América Central, con fotografías de SusanMeiselas, que aseguraba que en El Mozote se había cometido una gran matanza de civiles indefensos, y que el principal responsable era el éjército. Ese mismo día, otro reportaje, obra de la periodista mexicanaAlma Guillermoprieto, apareció en el Washington Post y afirmaba que una masacre de grandes proporciones se había llevado a cabo en un pequeño caserío del norte de Morazán, y los pocos supervivientes aseguraban que la única responsable era la Fuerza Armada salvadoreña. Guillermo prieto recogió el relato de una campesina de unos 30 años, Rufina Amaya, que sobrevivió la masacre. Bonnet y Guillermo prieto fueron tildados de mentirosos[1][2] por la Casa Blanca y por legisladores del Congreso estadounidense, que pocos días después, el 1 de febrero de 1982, aprobó un nuevo aumento en la ayuda norteamericana al gobierno salvadoreño. El conservador Wall StreetJournal también puso en duda la veracidad de la información. El gobierno salvadoreño, por su parte, negó la masacre durante años. Los presidentes de la Junta Revolucionaria (1979 - 1982), Álvaro Magaña (1982 - 1984) y José Napoleón Duarte (1984 - 1989) negaron rotundamente los rumores de una matanza en El Mozote y los atribuyeron a periodistas de tendencia comunista, deseosos de perjudicar la imagen de El Salvador.
5. Los hechos Los hechos del Mozote En la tarde del 10 de diciembre de 1981, unidades del Batallón Atlacatl del ejército salvadoreño llegaron al alejado cantón de El Mozote en busca de insurgentes del FMLN. El Mozote era una pequeña población rural con cerca de veinticinco casas situadas alrededor de una plaza, además de una iglesia católica y, detrás de ella, un edificio pequeño conocido como "el convento", que usaba el sacerdote durante sus visitas a la población. Cerca de la aldea había una pequeña escuela. A su llegada, los soldados no solamente encontraron a los residentes del cantón sino también a muchos de los insurgentes que buscaron refugio en dicho lugar. [cita requerida] Las tropas ordenaron a los pobladores que salieran de sus casas y se formaran en la plaza. Allí les pidieron información sobre las actividades de la guerrilla y luego les ordenaron que volvieran a sus casas y permanecieran encerrados hasta el día siguiente,[cita requerida] advirtiendo que dispararían contra cualquier persona que saliera, medida optada para proteger la vida de los pobladores civiles.[cita requerida] Las Tropas permanecieron en el aldea durante toda la noche.