El primer documento describe la representación de Judith y Holofernes por el artista Caravaggio, quien introdujo novedades como incluir a la criada de Judith dentro de la tienda esperando recoger la cabeza, a diferencia de los pasajes bíblicos. Caravaggio representó las figuras de forma realista y Judith refleja serenidad y valentía a pesar de vestirse como una prostituta. El segundo documento contrasta la representación tradicional de Judith como heroína con la composición erótica y sensual de Gustav Klimt