El poema describe a una mujer que accidentalmente pisa y aplasta una margarita que descansaba en su cabello. El narrador, testigo de esto, expresa una angustia infinita y le dice a la flor ya marchita que le gustaría haber sido ella para morir bajo los pies de la mujer. El segundo poema critica a un amante por expresar un amor débil, frío y sin pasión, afirmando que el verdadero amor debe ser como un volcán, un rayo o un huracán.