La contaminación tecnológica es un problema creciente debido a que los equipos electrónicos contienen componentes tóxicos como el plomo, bario y mercurio, y se estima que para el año 2010 se habrán desechado alrededor de 1 billón de computadoras que ya no son útiles y que pueden contaminar el medio ambiente si no son desechadas adecuadamente.